Mujeres detrás del gatillo

Chilenas, mayores de 21 años, con educación media y de la Región de Valparaíso: ese es el perfil de la mayoría de las personas de sexo femenino detenidas portando armas de fuego en el país. ¿Qué lleva a una mujer a portar una pistola? A veces es el tráfico y, en otras, la defensa propia.


El pasado jueves 26 de octubre, la jueza Rosa Cáceres estaba de turno en el Tribunal de Garantía de San Fernando. A las 16.25 recibió una llamada del fiscal Víctor Bobadilla, quien solicitó la autorización de entrada y registro al departamento de Paulina Valdés, ubicado en el Block 74 de la Población San Hernán, en San Fernando. La razón: el día anterior se había observado a Valdés vendiendo drogas en su departamento. Esa actividad la realizaba con la ayuda de una vecina de su mismo edificio. A las 16.28, la jueza Cáceres dio la autorización. En ese momento el equipo de Microtráfico Cero, perteneciente a la PDI, ingresó al domicilio. Encontraron 4,7 gramos de clorhidrato de cocaína, 48 de cannabis y 85 gramos de cocaína base. También armas: un revólver calibre .314, una pistola 9 milímetros y un arma de fabricación artesanal.

Como resultado del procedimiento fueron detenidas Juana Morales (31) y Paulina Valdés (34), la última con antecedentes policiales por lesiones leves y amenazas. Ambas fueron puestas a disposición del Juzgado de Garantía de San Fernando, en calidad de imputadas por infracción a la Ley de Drogas e infracción a la Ley de Control de Armas. Las dos mujeres quedaron con arresto domiciliario nocturno, firma mensual ante Carabineros y arraigo nacional mientras se realiza la investigación.

Casos como este no ocurren muy seguido en nuestro país. Pero están haciéndose cada vez más frecuentes. Según Mauricio Valdivia, sociólogo criminalístico de la Universidad de Chile, la participación de las mujeres en delitos ha ido en aumento. “Si hace cinco años un 5% de las mujeres cometían delitos, hoy estamos sobre el 10%. Tanto en frecuencia, es decir, en participación de delitos generales, como en involucramiento de delitos violentos y el uso de las armas. Al haber mayor disponibilidad de armas en el mercado, obviamente las mujeres tendrán más posibilidades de acceso a las armas de fuego”.

El exfiscal Luis Toledo agrega que esto tiene fuerte relación con el rol que han adoptado las mujeres en organizaciones criminales. “Esto ha cambiado durante los últimos seis años. Hoy no es raro ver a mujeres líderes en bandas criminales. Ya no asumen roles medios, sino que bastante relevantes: se encargan de la logística, se encargan de la organización, de la estructura y, finalmente, también del delito. Esto yo diría que es evolutivo”. Hay ejemplos recientes de esto: Johanna Morgada, conocida como la “emperatriz” de la droga en La Pincoya; Evelyn Patiño, líder de una banda criminal dedicada al tráfico y blanqueamiento de autos en San Antonio, y Sabrina Durán, más conocida como la “narco reina de Padre Hurtado”.

Sabrina Godoy, más conocida como la "narco reina".

Aún así, el fenómeno sigue siendo incipiente. Las cifras de Carabineros muestran que de las 2.752 armas de fuego incautadas durante 2023, solo 229 estaban en manos de mujeres: lo que equivale a un 8,32% del total. Este número tan bajo, explica Claudia Castelletti, encargada nacional del departamento de equidad de género de la Defensoría Penal Pública (DPP), no es extraño:

“Las mujeres en el sistema penal son muy poquitas y cometen delitos muy distintos a los hombres, muchos de ellos contextualizados en estructuras de género muy tradicionales. En general, las mujeres que cometen delitos violentos son muy poquitas estadísticamente. Por otro lado, todo lo relacionado a las armas tiene una cosa de género muy relevante. Porque para tener armas hay que tener poder y dinero, y las mujeres en Chile ganamos menos y tenemos menos poder”.

Este análisis la DPP lo sustenta con números: según sus datos, en 2023 se registraron 50 mil delitos cometidos por mujeres. De ellos, sólo 347 tienen relación con tenencia y porte de armas: es decir, un 0,7% del total.

Esta cifra se dimensiona mejor cuando se considera la cantidad de arrestos realizados por delitos relacionados con armas de fuego. De las 2.780 personas detenidas en 2023, sólo 173 son mujeres: lo que equivale al 6,22% del total. Un número significativamente menor a los 2.607 hombres, que representan el 92,78% del total.

Sin embargo, cuando se hace el cruce entre cantidad de mujeres detenidas y armas incautadas las cosas cambian. Como explica Juan Enríquez, exfiscal y gerente general de la Fiscalía Privada, las mujeres tienden a promediar 1,32 armas por cada detenida, un número significativamente mayor en comparación a los hombres, los que portan un promedio de 0,97 armas por aprehensión. En otras palabras, por cada 100 detenidas se incautaron 132 armas. En el caso de los varones, por cada 100 detenidos se recuperaron 97 armas de fuego.

El perfil de la pistolera

Según información de Carabineros, el perfil de las 173 mujeres detenidas por delitos relacionados con armas de fuego durante 2023 está bastante definido. El 95,95% son chilenas, lo que equivale a 166 de las imputadas. Les siguen las venezolanas, con tres (1,7%) y, luego, las colombianas (1,2%), con dos detenidas. También hubo una ecuatoriana y una boliviana.

De ellas, 128 son mayores de 21 años (73,99%), 30 tienen entre 18 y 20 años (17,34%), nueve, entre 16 y 17 años (5,2%). Sólo seis tienen entre 14 y 15 años (3,47%).

El teniente de Carabineros Óscar Valdés hace énfasis en este punto. Asegura que en el caso de las mujeres, el 91% de las detenidas por delitos relacionados a armas de fuego son mayores de 18 años. Este porcentaje, en comparación con los hombres, es bastante mayor, ya que en ese caso son el 79%. Por lo mismo, Valdés agrega otra cosa:

“Las mujeres, cuando están involucradas en delitos que tienen que ver con armas, ya sea el porte, el robo, la intimidación con armas de fuego, evidentemente lo hacen después de los 18 años. Son mujeres que están en una edad adulta, que han tenido una serie de etapas de desarrollo, y eso las torna un grupo de mayor riesgo”.

En la misma línea, el exfiscal Juan Enríquez hace otra observación: sólo el 7% de las armas incautadas a mujeres pertenecían a menores de edad, lo que en los hombres corresponde a un 22%. Es decir, tres veces más. Enríquez explica que, “en general, son los hombres los que inician su carrera delictiva más precozmente”. La razón -asegura- aún no está clara, y agrega: “Es un fenómeno que se debería mirar con mucha más detención, creo que en eso estamos al debe”.

Claudia Castelletti, encargada nacional del departamento de equidad de género de la Defensoría Penal Pública (DPP), agrega que “en nuestra experiencia la gran mayoría de los casos se trata de mujeres que tienen un marido, una pareja, un padre, un hijo, que son los dueños de las armas y que les piden a ellas que se las guarden, no solo para esconderlas, sino que también para diluir la responsabilidad en torno al dominio o tenencia del arma”.

En temas de estudios, de acuerdo con la información disponible, el 67% de las mujeres aprehendidas por la institución había terminado su enseñanza media: es decir, 116 de ellas. El 18,5% tenía estudios básicos y sólo el 5,7%, estudios superiores.

De las 173, 30 pertenecían a la Región de Valparaíso, la que lidera el listado con el 17,34% del total. Le sigue la Región Metropolitana, con 29 detenciones (16,76%). Y, en tercer lugar, la Región del Biobío, con 27 (15,61%). En muchos de estos casos, como suele pasar, las imputadas son acusadas de ser parte de redes de microtráfico.

Fue justamente en la comuna de Cabildo, en la Región de Valparaíso, donde la Brigada de Investigación Criminal de La Ligua detuvo a una mujer de 28 años por los delitos de microtráfico e infracción a la Ley de Armas. A las 6.25 del 1 de agosto del año pasado, policías ingresaron a un domicilio ubicado en calle Domeyko. En su interior estaba María Luisa González. Su pareja se acababa de dar a la fuga, huyendo por la parte trasera de la casa. Durante el registro, los uniformados encontraron 4,31 gramos de cocaína, 49,72 gramos de cannabis sativa y 10,39 gramos de ketamina. Además, escondían una pistola marca Bersa, modelo Thunder, calibre 9 mm, con su número de serie borrado y 15 cartuchos calibre 9mm. Por esta razón, González fue formalizada en el Juzgado de Garantía de La Ligua. El fiscal a cargo, Luis Alberto Cortez, explica que “las penas que arriesga por el tráfico de pequeñas cantidades de droga van desde los 541 días hasta los cinco años. En cuanto al porte de armas prohibidas, van desde los tres y uno, hasta los 10 años”.

Por otro lado, y más focalizado, la comuna que registra un mayor número de mujeres detenidas según cifras de Carabineros es Coronel, con un total de 10 arrestos (5,78%). El microtráfico se repite en esa comuna como una razón detrás de los arrestos. Pasó, por ejemplo, el 15 de noviembre. Ese día, el Equipo Microtráfico Cero de la PDI detuvo a tres mujeres en la población Gabriela Mistral. Incautaron 6,82 gramos de clorhidrato de cocaína, 49,49 gramos de cocaína base y 106,89 gramos de marihuana. Además, dos armas de fuego y 80 municiones.

Detrás de Coronel está Temuco, con siete detenciones, (4,05%) y, en tercer lugar, Viña del Mar y Valparaíso. Ambas comunas con seis apresadas (3,47%) durante el año pasado.

En defensa propia

A lo que hay que ponerle atención, explican en la Defensoría Penal Pública, es al siguiente punto: en la gran mayoría de los casos, las mujeres detenidas no son dueñas de las armas que les encuentran. Y eso, dicen en la DPP, las victimiza dos veces. De hecho, de las 173 arrestadas por Carabineros por delitos relacionados con armas de fuego en 2023, 46 de ellas fueron por porte, tenencia o posesión ilegal de armas. Es decir, no estaban siendo utilizadas, sino que muchas veces sólo eran custodiadas. En un número casi cuatro veces menor, siguen 14 detenidas por robo con intimidación y, en tercer lugar, 12 más por robo con violencia.

Claudia Castelletti, encargada nacional del departamento de equidad de género de la Defensoría Penal Pública (DPP), agrega otra situación que le ha tocado ver:

“Hay muchas mujeres que, para protegerse de un acto de violencia de género grave, portan armas en la calle simplemente para que no les ocurra lo que en muchos casos puede ocurrir: ser víctimas de violencia intrafamiliar”.

Hay un contexto para entender esto. Según un estudio de la Universidad de Chile, en 2022 un 44% de las mujeres admitió haber sido víctima de violencia intrafamiliar. En 2012, la cifra era de 32,6%.

El exfiscal Juan Enríquez hace hincapié en este punto. Explica que los hombres detenidos con armas por delitos de violencia intrafamiliar fueron un 2%, mientras que en las mujeres la estadística es de un 4%. Es decir, el porcentaje de armas incautadas en mujeres asociadas a delitos de violencia intrafamiliar es el doble que los hombres. En ese sentido, agrega: “Dado eso, uno podría decir que las mujeres se han armado más, porque tienen miedo por violencia intrafamiliar, para defenderse”.

A Castelletti también le ha tocado verlo de cerca. Por eso hace esta acotación.

“Sabemos, por experiencia, que en muchos casos ellas esconden las armas en momentos en que se sienten amenazadas por el marido. Es decir, si el marido las agrede o las tiene amenazadas, ellas van y les quitan las armas para poder protegerse. No con el ánimo de quedarse con el arma, sino que con el ánimo de que no les pase nada a ellas”.

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