Jesse Norman: “Boris Johnson tenía un estilo presidencial de gobierno en lugar de parlamentarista”

Jesse Norman es un viejo conocido de Boris Johnson, ya que no solo estudiaron en Eton, sino que también en Oxford. Foto: Jesse Norman

El parlamentario conservador británico conversó con La Tercera sobre la actual situación en su colectividad y la carrera en marcha entre los “tories” para elegir al sucesor del defenestrado primer ministro.


El 6 de junio pasado, el parlamentario británico Jesse Norman escribió una carta al primer ministro Boris Johnson en la que le manifestaba sus razones por las que ya no contaba con el apoyo que le había entregado durante 15 años. Coincidentemente, ese mismo día se llamó a una moción de confianza que el gobernante ganó. Un mes más tarde, Johnson se vio obligado a renunciar al liderazgo del Partido Conservador producto de una serie de renuncias en su gabinete.

“Publiqué la carta porque pensé que era importante que fuera de dominio público, para que las personas, mis colegas en el Parlamento, pudieran tener de manera más amplia una vista completa de lo que creía eran las debilidades y los problemas del gobierno y, en especial, del primer ministro con relación al gobierno. Lo que mi carta hizo fue entregar un marco sobre un sentido general de preocupaciones en términos que fueran indiscutibles, en otras palabras, donde no hubiera mucha más duda sobre el asunto que estaba describiendo”, comenta Norman en conversación con La Tercera.

El primer ministro británico, Boris Johnson, se reúne con altos líderes empresariales en Downing Street, Londres, el 21 de julio de 2022. Foto: Reuters

Norman, de 60 años, es un viejo conocido de Boris Johnson. No solo estudiaron en Eton, sino que también en Oxford. En las elecciones generales de 2010 fue elegido parlamentario y ha ocupado distintos puestos en el gobierno, siendo el último secretario financiero del Ministerio de Hacienda, cargo al que renunció en septiembre de 2021.

El político conservador es un colaborador permanente en publicaciones como The Spectator y The Times. Además de autor de varios libros, entre los que destacan Conservantismo compasivo y La gran sociedad: anatomía de la nueva política.

¿Qué le motivó a escribir la carta?

Comenzó con la preocupación que las personas tenían en el espectro político en general de lo que se conoce como Partygate (o el escándalo de las fiestas) y eso se trató de muchas ocasiones sociales que ocurrieron en el 10 de Downing Street, desafiando las propias reglas del gobierno durante el confinamiento (por la pandemia del coronavirus). El gobierno implementó unos lineamientos muy duros sobre el confinamiento y multó a las personas que violaban las regulaciones del confinamiento e hizo cumplir estas regulaciones de manera suficientemente estricta, al punto que muchas familias no fueron capaces de visitar a sus familiares que estaban falleciendo o que eran mayores. Así que cuando las personas descubrieron que, durante este proceso, y durante este período, nada menos que en el 10 de Downing Street se estaban llevando a cabo reuniones sociales, las personas estaban muy enojadas y no solo eso, se sintieron insultadas y subestimadas. Lo que yo estaba tratando de decir era que este era un tema importante. Luego continué analizando otros temas que pensé tenían una directa relación sobre si tener confianza o no en el primer ministro. Como las decisiones de políticas que consideré como equivocadas o ineptas y el enfoque de hacer campaña que fue divisivo en lugar de unificador, un estilo de gobierno que era presidencial en lugar de parlamentarista. No sabía de antemano que (la carta) tendría un enorme impacto público. Pero claramente tocó una fibra profunda y fue publicada por todos los principales portales. Y también las críticas que mencioné contra el primer ministro se convirtieron en temas de discusión con otros ministros que fueron forzados a defender los cuestionamientos que había hecho. Creo que estos fueron especialmente fuertes, porque había sido un partidario muy leal del primer ministro desde antes de que entrara en la política, cuando él ni siquiera era el alcalde de Londres. También porque lo conozco por mucho tiempo y he sido su amigo por mucho tiempo. También porque en mi carta estaba claro de que estaba renunciando a cualquier expectativa de tener un puesto en el gabinete. Esta era una carta de no confianza genuina, triste, de alguien que había llegado a la conclusión renuente de que no tenía otra alternativa. Si llega el conflicto entre el bienestar de Reino Unido y el respaldo al primer ministro, entonces por supuesto tendré que respaldar a mi reina y al país.

Boris Johnson sale del número 10 de Downing Street, en Londres, para asistir a las preguntas semanales al primer ministro en el Parlamento, el 20 de julio de 2022. Foto: AP

¿Cuán dañinos han sido para el Partido Conservador los escándalos del gobierno que llevaron a la renuncia del primer ministro Boris Johnson?

Creo que ha habido una serie de escándalos políticos, percances, errores que colectivamente han sido muy dañinos. Creo que el Partygate fue un escándalo en sí mismo. Tenemos el tratamiento a Owen Paterson (parlamentario que renunció en noviembre de 2021), cuando pareció que por un momento el gobierno iba a cambiar las reglas en relación con el tratamiento disciplinario de un miembro del Parlamento cuando este tema se estaba desarrollando, porque quería protegerlo y eso era, obviamente, completamente inconstitucional. Fue una vergüenza terrible para el primer ministro y para el gobierno. Luego tuvimos una serie de otros eventos políticos personales que han, me temo, avergonzado al primer ministro y avergonzado a otros ministros. Todo eso ha creado un gran sentido de desagrado y enojo entre el público general. Ahora bien, al público general no le gusta el Partido Laborista en particular en Gran Bretaña por el momento. Esto es realmente un desagrado y un enojo con el gobernante Partido Conservador, pero se combinó -un mes después de mi carta- con una serie de renuncias ministeriales y eso fue lo que forzó al primer ministro a renunciar. Estamos en estos momentos en un proceso de selección de un nuevo líder y todos esperan que este proceso lleve a un enfoque diferente del gobierno y un nuevo rostro y un sentido de gran cambio y una visión positiva, con la habilidad de poner estos eventos desafortunados e inapropiados en el pasado y enfocarse en la importante tarea de gobernar el país.

¿Cree que el Partido Conservador se encuentra dividido?

Por supuesto que en las primeras etapas de la elección del liderazgo, que es lo que teníamos cuando había múltiples candidatos, y todos difieren en cuanto a lo conocidos que son. Algunos de los menos conocidos estaban tratando de tener algún impulso político y tener un perfil público. Entonces, por supuesto, en esas etapas siempre va a haber una cierta cantidad de críticas de unos contra otros, desacuerdos respecto de políticas. Eso es algo que se espera.

Boris Johnson habla durante el debate semanal del tiempo de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, en Londres, el 20 de julio de 2022. Foto: Reuters

¿Cuáles son los desafíos que enfrentará el nuevo líder de los “tories” y, por consiguiente, el nuevo primer ministro?

Por el momento, obviamente, tenemos una situación en donde hay un incremento en la inflación y en el costo de la vida y eso es, en parte, resultado de la pandemia y del alza de los precios de materias primas producto de la guerra en Ucrania. Existe cierta sugerencia de que la inflación va a llegar al 9% o 10% en Gran Bretaña este año. Eso no había pasado durante 30 años, así que este es un problema serio, detener esta tendencia inflacionaria, de que quede incrustada en los planes de las personas y las expectativas de inversión. Así que esa es una tarea muy grande. En primera instancia esa es una responsabilidad del Banco de Inglaterra y la política monetaria, pero es muy importante que el gobierno trabaje de la mano con el Banco de Inglaterra, porque en muchas áreas, en términos de restricción de suministros, el gobierno puede hacer la diferencia. Ese es el primer problema. El segundo se relaciona con gestionar las secuelas del Brexit y mover al país hacia donde pueda trabajar de manera mucho más constructiva y efectiva con la Unión Europea sin que todo tenga que ver con la desconfianza, en relación con el referendo de 2016 y el proceso del Brexit. Ese es un gran desafío. Por supuesto que el otro desafío es continuar el respaldo a Volodymyr Zelensky y los ucranianos de cara a la agresión rusa. Como sabes, Gran Bretaña ha estado al frente de este tema y continúa respaldando a Ucrania en su resistencia. Esos son los desafíos políticos y económicos, pero en el área interna hay también un gran desafío que cumplir respecto de esta idea de subir el nivel en que Boris Johnson hizo mucho esfuerzo, pero me temo que, debido a su falta de enfoque en la ejecución, no fue capaz de lograr mayor progreso. Y eso es estimular y respaldar en un mayor nivel para alcanzar un crecimiento económico y la regeneración urbana. Más allá de todo eso está la necesidad de un nuevo líder para que sea un integrador cálido y unificador, que una a las personas, que logre que se sientan positivos unos con otros, con nuestro país. Y dejar estos dimes y diretes y esos desacuerdos atrás, porque Reino Unido solo va a ser capaz de darse cuenta de su verdadero potencial en este mundo post Brexit, si se logra unificar de manera efectiva y se mueve hacia adelante de manera rápida. Estoy seguro de que el nuevo líder y el nuevo gobierno van a querer dejar absolutamente claro que es un gobierno diferente, que tiene diferentes prioridades, diferentes personas en el liderazgo, un sentido diferente de misión y un estilo diferente.

La ministra de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, y el exministro de Finanzas, Rishi Sunak, son los dos últimos candidatos a la segunda vuelta del liderazgo del Partido Conservador.

¿Considera que el Partido Conservador se encuentra aún dividido por el Brexit?

No creo que el partido se encuentre divido sobre el Brexit ahora. Existen desacuerdos sobre cómo aprovechar al máximo las libertades y las oportunidades creadas al dejar la Unión Europea. Existe un desacuerdo sobre cómo manejar la relación con respecto a Irlanda del Norte y algunos de los compromisos que hizo el primer ministro cuando negoció el Protocolo de Irlanda del Norte. En cuanto al Brexit, el partido no está peleando de nuevo esas batallas de 2016. Lo que está haciendo ahora es asegurándose de que el país avanza y en cierto sentido deja de estar preocupado por el Brexit y al mismo tiempo lo aprovecha al máximo.

¿Cuál es su visión del proceso para elegir un nuevo líder conservador?

Ha sido un proceso muy rápido. El efecto de eso es que no todos los candidatos fueron tan bien conocidos como lo serían en un proceso más lento y largo. Pero el deseo es de seguir adelante y los detalles particulares del calendario que chocan con el receso de verano han hecho que el proceso sea acelerado. Así que tendremos un nuevo líder para cuando el Parlamento se reúna de nuevo a comienzos de septiembre. El segundo punto es que ha demostrado que existen nuevos aires en cuanto a talentos. Los candidatos fueron más diversos de lo que ningún otro partido en Gran Bretaña haya podido tener. Siempre ha sido una fuente de orgullo para los conservadores de que tuvimos la primera mujer primera ministra, la otra primera ministra fue conservadora, el primer premier judío fue conservador. Esto nos llena de orgullo, porque el Partido Conservador siempre se ha considerado a sí mismo como una institución reformista, progresista. Ahora, el hecho de que los dos candidatos finales sean un hombre de una minoría étnica y una mujer, y ministros tanto mayores como experimentados, lo dice todo, de verdad.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.