Sábado 7 de abril de 2018, edición N°778
Raquel Telias*
5 abr 2018 01:00 PM
Sábado 7 de abril de 2018, edición N°778
La mirada hacia los métodos antiguos de cocinar está en lo alto. Es sin duda una contrarrespuesta a la aplastante industrialización de la comida, claro está. También una valoración de lo artesanal, que incluye la conciencia de qué estamos metiéndonos a la boca. De ahí que la palabra fermentación esté en la gloria, comunicando y masificando un consumo puesto en beneficio de la alimentación capaz de transformar la propia vida. Un oficio milenario que está de vuelta.
La antigua técnica de fermentar alimentos no solo sirve para extender su vida útil. También, su consumo es la mejor manera de consumir probióticos, microorganismos presentes en el yogurt, chucrut y pickles, entre otros, que ayudan a la salud del intestino, fundamental en el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
La antigua técnica de fermentar alimentos no solo sirve para extender su vida útil. También, su consumo es la mejor manera de consumir probióticos, microorganismos presentes en el yogurt, chucrut y pickles, entre otros, que ayudan a la salud del intestino, fundamental en el buen funcionamiento del sistema inmunológico.