Los países están gastando de manera histórica para mantener los servicios de salud, conservar sus economías a flote y entregarles ingresos a sus ciudadanos, en medio de la que se anticipa será la peor recesión global en casi un siglo. Tal como en la crisis subprime, nuevamente surge la figura de Keynes, quien planteaba que los gobiernos podían impulsar la demanda a través de más gasto fiscal, aunque por ahora ese gasto, indican expertos, debe focalizarse en lo sanitario y social. Un problema que se avizora son los grandes déficits y deudas que se están generando.