El músico, en una sesión del streaming que conduce su esposa Polly Samson, interpretó “Octopus” (1968) y “Dominoes” (1970) del catálogo del primer líder que tuvo Pink Floyd.
11 may 2020 08:03 PM
El músico, en una sesión del streaming que conduce su esposa Polly Samson, interpretó “Octopus” (1968) y “Dominoes” (1970) del catálogo del primer líder que tuvo Pink Floyd.
En seis días de 1971, el grupo inglés registró una inusual película: tocaron en vivo en medio del Anfiteatro de la ruinas romanas de Pompeya. El filme, acaso el documental de música definitivo, capturó al grupo en el final de su era de experimentación, justo antes de dar el gran salto a la masividad con The Dark Side of the Moon. Entre las murallas de piedra, el cuarteto interpretó temas como "Echoes", en que dio cuenta de su creciente madurez artística y por sobre todo, su ambición por la artesanía del sonido.
En una extensa entrevista con Rolling Stone, la voz de "Another brick in the wall" se refirió a las conversaciones con David Gilmour y Nick Mason para intentar reeditar Animals, a la gira que programó para el verano en el hemisferio norte, y al manejo de la pandemia por parte de Donald Trump.
Un evento solidario organizado por Bob Geldof en 2005, logró lo que hasta entonces se pensaba era un imposible: reunir en el escenario a los cuatro integrantes originales de Pink Floyd, quienes estaban distanciados debido a sus agrias disputas legales, creativas y personales. Lograrlo no fue sencillo. Requirió de una cuidadosa gestión. Incluso se especuló la posibilidad de invitar al antiguo líder, Syd Barrett. Pese a ciertas tensiones surgidas durante los ensayos, el mundo pudo admirar, por última vez, la gloria de una de las bandas más importantes de la historia.
En el documental Hijos de la rosa de los vientos, estrenado en exclusiva por Culto, la artista desarrolla las razones que motivaron la separación de Makiza. Restando dramatismo, sitúa el proceso en una suerte de clasificación de quiebres en que los líos de la convivencia humana y la ponzoña generada por la fama, como un residuo de las noches de excesos, acaban con los proyectos musicales.
El 30 de noviembre de 1979, Pink Floyd editó The wall. Una ópera rock de alto contenido político y social que marcó un hito en el desarrollo de los shows superventas.
En 1979, entre el ascenso de la revolución islámica, el triunfo del sandinismo, y otros sucesos, Pink Floyd lanzó uno de sus discos más emblemáticos. La alienación y la desesperanza fueron parte de un trabajo titánico en que Roger Waters equilibró con habilidad su historia personal y el malestar social, con un gran rendimiento comercial.
En una nueva batalla musical, los críticos de música de Culto, Andrés Panes y Nuno Veloso, debaten cuál es el mejor disco de Pink Floyd. Mientras uno aplaude Animals, el otro elogia The wall.
La multifacética artista recuerda sus años como sesionista, las dificultades del medio para las mujeres rockeras y habla de sus discos y artistas favoritos. "Si no hubiera sido por los movimientos feministas no habría teloneado a Slash", dice la directora de School of rock, donde enseña con los Beatles: "Es como derecho romano".
"I know where Syd Barrett lives", la canción de Television Personalities, encapsula como ninguna otra el culto que rodea a la figura del ex compositor, vocalista y guitarrista de los nacientes Pink Floyd. De algún modo, el retiro de Barrett del mundo público siempre fue un enigma cuyas respuestas se fueron con él, el 7 de julio de 2006, al fallecer debido a un cáncer pancreático.
No solo punks, rockeros alternativos y experimentales; si hay algo en común entre músicos como Maynard James Keenan de Tool, Dave Portner de Animal Collective o Tom Morello de Rage Against the Machine, es que todos fueron influenciados por los discos de Floyd.
El tema que cierra el clásico disco The Dark Side of the Moon, no se entiende sin considerar el nudo narrativo y musical que une a las piezas de la placa. No tiene que ver con el fenómeno astronómico, pero reflexiona sobre algo quizás menos espectacular: las inquietudes del hombre moderno.
El 29 de junio de 1968, Pink Floyd editó el único disco en su carrera donde sus 5 miembros estuvieron presentes. Un salto cuántico desde la psicodelia alucinada —y alucinógena— de The Piper At The Gates of Dawn para aventurarse en el río interminable de rock cósmico que los consagraría años más tarde, A Saucerful of Secrets es donde Pink Floyd comienza.
En 1969 el grupo musicalizó por encargo una película del director Barbet Schroeder. El trabajo llegó en días en que los ingleses buscaban un nuevo camino creativo tras la salida de Syd Barrett. Con temas como "Cymbaline" o "The Nile Song", el cuarteto creó un soundtrack que dio pie a futuras relaciones con la gran pantalla.
Las tres guitarras más costosas, una de ellas la Fender Stratocaster que usó durante gran parte de su carrera, fluctúan entre los US$100 mil a US$150 mil.