Manifiesto de Sebastián Morales, deportista: “en el ciclismo hacemos mucho por ensayo y error, porque no hay historia de este deporte en el país”


De niño me encantaba andar en bicicleta -siempre me gustó-, pero también pasé por otros deportes. Soy valdiviano, entonces hice remo y después me vine a vivir a Santiago, donde hice atletismo en el colegio.

Alrededor del 2010, me reencontré con la bici. Primero empecé andando en mountain bike, pensando que me iba a meter a carreras. Pero, en esas casualidades, como no podía ir al cerro todos los días, mi hermano me prestó una bicicleta de ruta y ahí quedé flechado. En un inicio, corrí un par de carreras con el equipo Clos de Pirque Trek.

En marzo de 2016 venía la Vuelta Ciclista a Chiloé y yo me estaba preparando para esa carrera. Último día de vacaciones, me conseguí un permiso para salir a una vuelta más larga y me atropellaron, a la altura de Guanaqueros. Haciendo un recuento de ese día, lo hice todo mal: salí solo, iba vestido de negro, habían cosas que pude haber hecho distinto.

No me acuerdo mucho de lo que pasó. El perito me contó que fue en una curva cerrada. Lo que creen es que atrás mío venía un camión que se pasó en la frenada y me empujó contra la barrera de contención. Esto fue un viernes y yo desperté el jueves siguiente acá en Santiago. No fue tanto el shock. Algún recuerdo me debe haber quedado de cuando llegué al hospital de Coquimbo, porque desperté y pensé “este mal sueño era verdad”.

Siento que me tomé el accidente como: “me caí, me sacudí un poco el polvo y seguí para adelante”. Cuando todavía estaba en la clínica ya estaba buscando qué hacer, viendo sillas de carrera para correr en maratones y en noviembre de ese mismo año competí en mis primeros 10 kilómetros. Por una infección que me tuvo hospitalizado, decidí dejarlo.

Mi hermano me regaló una bicicleta, que no me ponía tanta presión al ir acostado. Ahí me llamó un amigo en Temuco -que también es discapacitado- para decirme que si andábamos bien en la maratón de Santiago, podrían llevarnos a Lima 2019. Me empecé a meter más fuerte y de ahí no me bajé más de la bici.

En Sparta tengo varios sombreros, llevo 18 años trabajando ahí. He tenido la suerte de pasar por muchas áreas distintas, conozco muy bien la empresa y hoy estoy liderando la gerencia de Personas, la gerencia de TI y de Servicio al Cliente. A eso me dedico.

Soy ingeniero eléctrico de profesión. Así que fue pasar de soldar circuitos a estar a cargo de una gerencia de Personas, pero conozco bien la empresa y ha sido entretenido trabajar con personas. Es un desafío, pero también es bien reconfortante. Estoy contento; mientras haya problemas que solucionar, ahí me gusta estar.

En el ciclismo hacemos mucho por ensayo y error, porque no hay historia de este deporte en el país. Sobre todo en lo que me ha tocado a mí con la handbike, hay millones de ajustes que uno puede hacer. Ahí se me sale el ingeniero que llevo dentro y he encontrado estudios que han hecho afuera para hacer estos ajustes: dónde ubicarse, cuánto abrir las manos, las distancias óptimas.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.