“Se enojó, quería pelear”: Toby Vega recuerda las bromas que hicieron explotar a Iván Zamorano en el proceso rumbo a Francia 1998

Toby Vega recuerda las bromas que hicieron explotar a Iván Zamorano. Foto: Agencia Uno.

El ex volante y seleccionado nacional rememoró cuando compartió con el delantero en la Roja.



Después de que la selección de Chile estuviera fuera de los Mundiales por tres ediciones consecutivas, la campaña mostrada en el proceso eliminatorio para Francia 1998 ilusionó a todo un país.

Entre las figuras del equipo se encontraban Marcelo Vega e Iván Zamorano. Estos últimos se enfrentaron en más de una oportunidad en una serie de bromas que terminaron por acabar con la paciencia del goleador.

En medio de una conversación en el programa La Cabaña de Mega, Vega junto a Gabriel Mendoza revelaron una serie de acciones que desarrollaban con Bam Bam en las concentraciones.

Según relataron, la figura de Colo Colo era siempre el último en llegar a todos lados, incluyendo los almuerzos y cenas. De esto mismo se aprovechaban para molestarlo de diversas formas.

Una de ellas era poniendo mondadientes en la silla con el fin de que se pinchara cuando llegaba a sentarse a la mesa con el resto de sus compañeros.

Otra forma era aflojando las tapas de los frascos de sal y pimienta para que se vaciaran sobre la comida en el caso de que Zamorano quisiera aliñar sus alimentos.

“Estábamos en una mesa los pelusones. Entre ellos estaban Nelson Tapia, Bam Bam, Fabián Estay, Nelson Parraguez, y el Iván llegaba al último. Entonces las sillas de nosotros tenían como un género. Entonces cuando llegábamos le enterraba un mondadientes en la silla. El se sentaba y saltaba”. Y Mendoza complementó: “Ahí le pusieron el helicóptero”.

Luego explicó lo de la sal y la pimienta. Tomando un frasco, abrió la tapa y la dejó suelta. “Nosotros se la dábamos así. Y justo se la dejábamos cuando cocinaban cazuela. Las cocineras nos querían y nos sentábamos al lado de la cocina. Y llega y, ‘¡qué rico, tía!’, la prueba y dice ‘le falta un poco de sal’ y se le cayó toda la sal. Y todos los días lo mismo: La pimienta o la sal”.

Pero el asunto continúa: “Un día llega y se sentó. ‘¿Creen que yo soy huevón?’ y fue para la mesa del lado y sacó el salero de al lado y le echó, y (el salero) también estaba abierto”, expuso desatando las carcajadas.

Claro que en ese momento la situación se puso más seria. “Ahí se enojó, quería pelear. Y todos así mirando, callados”.

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