Rueda apela a la memoria en el inicio de una eliminatoria “atípica y traumática”

En la antesala del partido ante Uruguay, el técnico recalca las particularidades del inicio del proceso rumbo a Qatar 2022 y revela que la tecnología se ha transformado en su principal aliado.



Reinaldo Rueda lo repite constantemente. Está frente a un escenario peculiar. El inicio de las Eliminatorias coincide con las consecuencias que ha generado la pandemia. Un aspecto que en el fútbol, y particularmente en la Selección se ha traducido en lesiones. La Roja llega al duelo ante Uruguay plagada de ausencias, obligada a reestructurarse, sobre todo en materia defensiva y sin siquiera con muchas posibilidades de probar nuevas fórmulas: ayer realizó su única práctica de fútbol formal.

“No solamente mermó la planificación sino que prácticamente que cambió totalmente. Aparte de lo que ha sido este inicio de esta clasificatoria, por la problemática mundial, hemos tenido la mala fortuna de tener siete bajas importantes en el seleccionado nacional. Hace más de un año que no nos reuníamos. Espero que con los hombres que están se logre ago importante”, reflexiona. “Este año llega este evento de este virus que muchos de los jugadores están pagando el precio de esas semanas de inactividad. Es una clasificatoria atípica, trauumática. Vamos a apostar a poner la diposición, el corazón. Tenemos que agradecer a los clubes que nos facilitaron a los jugadores en Fiestas Patrias. Ese ejercicio sirvió. Por todos los imponderables, tenemos nueve o 10 jugadores de la liga local. Es un ejercicio importante de reencontrarnos con estos jugadores después del seguimiento que les hemos realizado”, explica.

Eso sí, se molesta un poco al tener que hablar de las ausencias. Descarta, por ejemplo, que la escuálida presencia de jugadores de la UC, el líder del torneo, incluso en la urgencia, se deba a algún pacto. “No hay ningún acuerdo. Tuvimos esa consideración por los cuerpos técnicos mientras competían internacionalmente y por eso no se tocaron los jugadores en los microciclos. Era ir contra el propósito. Ahora es la decisión es tener a los hombres que tienen el nivel para ser un aporte a la Seledcción”, enfatiza.

En el poco tiempo de trabajo que ha tenido con la plantilla que utilizará en la doble fecha eliminatoria, ha buscado la cohesión. “El sistema es secundario. Lo importante es la adaptación de los hombres. Hemos tenido solo una unidad de entrnamiento con el plantel completo. Ayer llegaron Vegas y Dávila. En la tarde se sumó Jonathan Andía. Eso hizo que hiciéramos una práctica muy reducida, por muchas cosas. Vamos a tener un viaje larguísimo por una cuestión de protocolo. Es atípico viajar un día antes y el protocolo. Todo esto hace que la mejor solución y lo más práctico es esperar los menos movimientos posibles”, insiste.

Después revelaría cómo ha intentado contrarrestar la imposibilidad de disputar partidos amistosos y de contar con los jugadores por más tiempo. La tecnología y el diálogo se han transformado en sus principales aliados. “Solo ayer pudimos hacer una unidad de entrenamiento con el plantel completo, una práctica muy corta. Lo demás ha sido conversaciones individuales, mostrándoles videos cortos, mirando alternativas. Los juegos que uno ve por televisión. Los pocos minutos que algunos han actuado. Ha sido más bien un coaching individual. Y recurrir a esa huella, a esa memoria táctica, a los jugadores que tienen ese recorrido, a pesar de que no vienen en un momento ideal”, detalla.

También aborda la ausencia de Mauricio Isla. “En el caso de Isla todo depende del ministerio de salud chileno. Son ellos los que tienen la autoridad para dejarlo entrar. El de Uruguay nos negó la posibilidad”, dice respecto de la opción de contar con el lateral del Flamengo al menos para el encuentro frente a Colombia. “Isla está habilitado en el Brasileirao, por Conmebol, pero el protocolo uruguayo no lo permite. No lo comparto, pero se tiene que respetar”, añade.

Luego, compara las realidades de la Roja y la Celeste. “Es lo que se va a iniciar este camino. Por la actualidad de sus hombres, por todas las bajas que haya tenido, ustedes ven la regularidad de cada uno en sus clubes. Son muy competitivos en las ligas del mundo. La adaptación del jugador uruguayo a la competencia internacional, la dinámica de los jugadores uruguayos en Europa. Y no solo en Europa, en México. Eso dice relación con el nivel del futbolista uruguayo”, dice respecto de la consideración de Uruguay como la selección más potente a nivel continental. Y lo contrapone frente a la irregularidad de los chilenos en el exterior. “Las preocupaciones son varias. Los de Europa jugaron y apenas tienen tres juegos. Hay jugadores que han cambiado de club y otros, como Alexis, a los que no les ha sido fácil consolidarse como titularísimos. A veces uno interpreta que lo está cuidando. Y así sucesivamente. Normalmente, la fecha de agosto era la más difícil, porque llegaban todos cansados. Ahora no juegan y eso hace que el colectivo deba recurrir a la memoria, a la cultura táctica, a esa memoria intrínseca”. En ese contexto, por ejemplo, aborda la situación de Alexis Sanchez. “Alexis lleva dos años muy difíciles, muy traumáticos. Solo ha hecho seis partidos de noventa minutos en dos años. Lo de ahora es impredecible. Es muy difícil evaluar en un entrenamiento cuando no lleva 10 o 12 partidos continuos en su liga. Solo después del partido habrá una mayor certeza", dice.

Por esa razón, se fía en los pocos experimentados que quedan. “He conversado con los líderes del equipo para que acojan a los jóvenes, los blinden bien. Y que eso nos permita hacer un juego meritorio”, expone.

Finalmente, se deshace en elogios al técnico uruguayo, Óscar Tabárez. “El Maestro Tabárez es mi ídolo, un referente de un proceso histórico en el fútbol sudamericano. Es inédito por soportarlo (el proceso) durante 13 años. Uruguay está posicionado como la mejor selección sudamericana. Hay respeto por el trabajo que ha realizado. Mi respeto y mi admiración”, concluye.

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