La solitaria espera de la Roja en Juan Pinto Durán

El solitario frontis de Juan Pinto Durán.
El solitario frontis de Juan Pinto Durán.

Lejos de sus mejores y más efervescentes tiempos, el frontis del complejo en que entrena la Selección luce despoblado, un síntoma inequívoco de la distancia entre los hinchas y la escuadra que dirige Eduardo Berizzo.



El tránsito por la avenida Amador Neghme es absolutamente expedito. Ni siquiera es necesaria la presencia de Carabineros para garantizar el desplazamiento rápido de los vehículos que pasan por esa calle de Macul. Es en ese lugar donde está enclavado el complejo Juan Pinto Durán, el laboratorio en que la Selección prepara la fórmula para redimirse ante Colombia del revés que sufrió en Montevideo, frente a Uruguay. La tranquilidad de los jugadores parece garantizada. Ni siquiera se escuchan gritos ni cánticos.

En el frontis de Juan Pinto Durán, a diferencia de lo que ha pasado en todos los ciclos anteriores, reina la soledad. Los dedos de las manos alcanzan para contar con exactitud a los fanáticos que han llegado para brindarle aliento a la escuadra de Berizzo. Concretamente, son seis los que llegan para mantener al menos un atisbo del ambiente que solía caracterizar las esperas de los choques del Equipo de Todos. De hecho, son más los periodistas, preferentemente colombianos, los que marcan presencia.

Sin los ‘personajes’

En el ingreso en que Berizzo y sus dirigidos preparan el choque ante los cafetaleros no hay cánticos ni gritos organizados. De hecho, el Ceacheí brilla por su ausencia. Tampoco están los personajes que alcanzaron una discutible celebridad por su habitual presencia en el lugar: no están el Chupalla, el Teletubbie, el ‘Jesús’ ni el doble de Sampaoli que solían llegar hasta el portón con la esperanza de recibir algún saludo de los jugadores y que tomaron la posta que dejó el fallecido Huaso Lalo.

Lo que asisten, se conforman con lo que pueden. Como el foco de los futbolistas está puesto, primero en la preparación del duelo ante los cafetaleros y, luego, en la recuperación de las energías después de los entrenamientos para llegar en óptimas condiciones para el encuentro, son pocos los que le prestan atención a lo que ocurre en el exterior. El único momento de acercamiento que se produce mientras El Deportivo está en el lugar es una fugaz aparición de Gary Medel, quien devuelve el cariño con un gesto que los fanáticos que estaban cerca del portón pueden ver a través de una rendija. Nada más. “Grande Gary”, le gritan.

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Los hinchas de la Selección en el tiempo en que el apoyo era masivo.

La quita escena se había producido, también, en los instantes previos al viaje a Uruguay. En rigor, el revuelo que generaba la Selección se fue apagando paulatinamente después de los fracasos consecutivos en los intentos por clasificarse a Rusia 2018 y Qatar 2022.

¿Se llenará el estadio?

Formalmente, de hecho, ya se habían producido señales concretas. La ANFP intensificó las campañas publicitarias a través de las redes sociales para incentivar la adquisición de los abonos para los encuentros. De hecho, a comienzos de septiembre, la adquisición de los paquetes de entradas que permiten garantizar un cupo en todos los partidos de las Clasificatorias alcanzaba apenas el 20 por ciento de los que se pusieron en venta.

Para colmo, hay un dato objetivo que permite afirmar que el estadio Monumental no se llenará: sobre Chile pesa un castigo que restringe la capacidad del recinto en un 50 por ciento, producto del mal comportamiento que tuvieron los aficionados en las Eliminatorias anteriores. Los excesos en el partido frente a Uruguay y otras anotaciones negativas derivaron en un castigo que, por cierto, constituye un duro golpe a las arcas de la ANFP.

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