La historia detrás de la clasificación mundialista de las Lobas

Las Lobas festejando la clasificación al Mundial.

Antonella Piantini y Alicia Torres, capitanas de la selección de balonmano, hacen un repaso por los hitos de un proceso que devuelve a Chile a una cita planetaria luego de 14 años.



Abrazos, gritos y cantos. Celebración total en Managua, capital de Nicaragua. Y no es para menos, ya que ahí, la selección femenina de balonmano volvió a festejar una clasificación mundialista al conseguir el segundo lugar en el Torneo Sur y Centro Americano de Balonmano. Un grupo de 16 jugadores que rompieron una racha negativa de 14 años sin entrar a estas instancias y que le permite a Chile asegurar su segunda presencia en este evento a lo largo de su historia. Primero fue China 2009, ahora Dinamarca-Noruega-Suecia 2023.

Hito que no llega solo, sino que de la mano de un proceso que cambió las lógicas de trabajo que venían teniendo las Lobas durante más de una década. Se apostó por un ciclo largo y con un técnico nacional, quien a su vez hizo cambios en el equipo, llenando de frescura una nómina que cuenta con sangre joven pero con jugadores de vasta experiencia.

En ese grupo aparecen Antonella Piantini y Alicia Torres, las capitanas de la selección femenina. Las dos jugadoras han vivido gran parte del proceso entre ambas citas planetarias y son una voz autorizada para hablar tanto de lo vivido en Nicaragua como de los motivos de este éxito. De hecho, dan la misma respuesta al ser consultadas por La Tercera sobre el factor más determinante para asegurar la plaza en el Mundial de Balonmano: la llegada de Felipe Barrientos.

Las jugadoras de 30 y 29 años, respectivamente, dejan en claro que era necesario generar un proyecto continuo para conseguir resultados y que el ex arquero de la selección masculina era la persona indicada para aquello. “Es la primera vez desde que yo estoy acá que tenemos un proceso más largo que un año. En 2021 iniciamos mirando al ciclo olímpico y sobre todo Santiago 2023, que fue clave para tener ese ciclo más largo y fue un giro importante y distinto, porque era primera vez que nos tomaba un DT chileno. Cuando llegaban españoles, se encontraban con más sorpresas de lo normal en cuanto a gestión y situaciones que pasan acá. Acá la mentalidad es otra y las cosas, por más que queramos, no funcionan como en Europa. Felipe ha sabido manejar muy bien eso”, comenta Piantini, quien defiende el arco nacional desde 2013.

Y la portera incluso especifica por qué esos constantes cambios afectaban de sobremanera al normal desarrollo del equipo en los últimos años. “Al no tener un proceso continuo, había incertidumbre todos los años. No sabíamos si íbamos a cambiar de entrenador, si el reemplazo iba a llegar inmediatamente, cuánto tiempo podíamos estar sin entrenar por no tener DT. De hecho, muchas jugadoras nos fuimos al extranjero para no perder la continuidad. Ahora, en cambio, tenemos la posibilidad de seguir entrenando a buen nivel haya o no haya liga nacional. Felipe siempre buscó la manera de generar competencia, jugando con hombres, por ejemplo. Eso fue súper importante para estar todas con el mismo rodaje”, añade.

Opinión que de inmediato es respaldada por Alicia Torres: “Vivir afuera es difícil y no es para cualquiera, entonces con este nuevo proceso se abrió la posibilidad de entrenar en Chile. Qué mejor que estar en tu casa y entrenando a buen nivel, algo que en años anteriores no se daba y que por fuerza mayor te tenías que ir”, menciona la jugadora del A.E.S.H. Pylea de Grecia. También da otra de las claves del éxito que ha tenido la escuadra. “Se sumaron jugadoras pequeñas que van a ser relevantes en Chile, que hay que seguir apoyando. Yo he jugado afuera y puedo decirte que tienen el nivel para ser muy buenas. Van a ayudar mucho a la selección”, destaca.

Es aquel punto, el que ha llevado a las dos seleccionadas a tomar un rol distinto dentro del camarín, porque el ser las jugadoras con mayor edad también trae otras responsabilidades. “Siempre buscamos sacar lo mejor de cada una para que funcione el equipo. Con nuestra psicóloga trabajamos mucho el cómo nosotras, que somos las con más experiencia, podemos ayudar al equipo a sacar su mejor rendimiento. Hay muchas cosas que a nivel generacional cambia, la playlist antes del partido por ejemplo”, comentan entre risas con ese comentario melómano.

Y Torres lanza una última frase sobre aquello. “No hacemos tanto hincapié en decir que son nuevas, porque ellas también son seleccionadas nacionales. Si el entrenador encuentra que ellas son las mejores en esos puestos, la responsabilidad la tenemos todas. No solo las más viejas”, añade.

Tras aquello, la conversación vuelve a Felipe Barrientos, y es que cada vez que se aborda la clasificación, el ex portero del Club Balonmano Zamora suma elogios. “La mayoría de las deportistas de este equipo estudian o trabajan y él ha sabido gestionar eso. Felipe nos exige un mínimo de físico y un mínimo de horas de cancha, entonces nos permite organizarnos. Las estudiantes pueden ver a qué materias faltar y cuáles no, mientras las que trabajamos podemos organizarnos en cuanto a horarios”, expone Piantini.

Finalmente, el diálogo gira en torno a las diferencias de éxitos que han tenido los combinados masculinos y femeninos, porque mientras las mujeres pasaron 14 años sin asistir a mundiales y recién suman el segundo tras China 2009, en ese mismo tiempo los hombres han dicho presente en siete de los ocho torneos planetarios que se han disputado (todos consecutivos).

Por un lado, está la poca continuidad que tienen los entrenadores y por otro está que el nivel competitivo de Sudamérica a nivel femenino es mucho más parejo. En hombres se dispara Argentina. Brasil y Chile están ahí y después con los otros países la diferencia es mucho más grande que entre nosotras. Lo que significa ganarle a Paraguay y Uruguay a nivel femenino es mucho más importante, a nivel táctico, que en hombres”, remata Torres.

Una afirmación que al menos en su primera parte es irrefutable. En los últimos 13 años, los hombres han tenido apenas tres técnicos: Fernando Capurro (2010-2015), Mateo Garralda (2016-2022) y Aitor Etxaburu (2022-actualidad).

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