El paso de un Káiser por Chile: la imborrable huella que dejó Beckenbauer

Elías Figueroa junto a Franz Beckenbauer.

La muerte de la leyenda alemana dolió también en el país, el que visitó en un par de oportunidades. Quienes coincidieron con el exdefensor en algún evento, resaltan su estampa y calidad humana.



El 7 de enero, el mundo despertó triste. La noticia lo estremeció. A los 78 años, había fallecido Franz Beckenbauer. Desde todo el orbe surgieron reportes que hablaban de su deceso, un escenario que había comenzado a transformarse en una posibilidad hacía unos meses, cuando ya se hablaba de problemas de salud que le habían deteriorado considerablemente. La observación no es, en rigor, fruto de ninguna estadística concreta, pero no es inexacto sostener que un concepto fue, por esas horas, el más utilizado para resumir el legado que dejó en su paso por el fútbol, como jugador y, luego, como entrenador. Había muerto una leyenda.

El deceso del Káiser dio paso inmediato a los recuerdos. No hubo quien no hablara de una calidad futbolística incomparable, que lo sitúa apenas un escalón por debajo del triunvirato que componen Diego Maradona, Pelé y Lionel Messi. Tampoco hubo quien no aludiera a su inconfundible estampa. Ni quien no resaltara una calidad humana inigualable. Ciertamente, tampoco hubo quien eludiera una comparación, también eterna con Elías Figueroa, que ambas estrellas resolvían con naturalidad. Al chileno no le incomodaba que lo señalaran como El Beckenbauer de Sudamérica. Al germano, tampoco que le dijeran El Figueroa de Europa. Los encuentros entre ambos siempre estuvieron plagados de gratitud y reconocimiento mutuos.

Las visitas

Como jugador, Beckenbauer estuvo en Chile en dos oportunidades. En 1966, con el Bayern Múnich, enfrentó a Universidad Católica, en un duelo que terminó con el marcador favorable a los europeos por 1-4. Esa vez, de hecho, anotó el tercer gol, en los 38′: definió con categoría ante la salida de Leopoldo Vallejos. “Beckenbauer era volante, pero era tan bueno técnica y físicamente que lo mandaron a jugar atrás. Todos hablan de él como central, pero, realmente, era un mediocampista muy bueno. Cuando vino, ya se podía ver que era un jugadorazo, que no solo hacía goles, también buenos pases. Y que llegaba al área para convertir goles. Era un jugador completísimo. Responsable tácticamente, recuperaba la posición muy bien. Tenía todas las condiciones que, no por nada, le transformaron en uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos”, escribió Polo, hace unos días, en una sentida columna para La Tercera. “Como central era muy ordenado. Tenía su genio, el carácter típico de los alemanes. Creo que le surgió más cuando empezó a jugar de último hombre, porque tenía que ordenarlos a todos. Sobre todo a los mediocampistas. Por algo era el Káiser. Jugar contra Beckenbauer fue, desde todo punto de vista, una gran experiencia”, estableció. También avaló la personalidad del germano. “Era un caballero”, resumió. “Ser reconocido mundialmente le generaba respeto entre sus rivales y entre sus compañeros”, sintetizó.

Franz Beckenbauer junto a Ignacio Prieto.

Dos años más tarde, lo hizo con la camiseta de Alemania Federal, en una jornada que perfectamente puede inscribirse como de los triunfos más resonados del fútbol nacional, al menos para la época. Ante un Estadio Nacional repleto, la Roja se impuso por 2-1. Lothar Ulsab abrió la cuenta para los visitantes, en los 8′. Pedro Araya, en los 60′, y Alberto Fouillioux, en los 81′, revirtieron el marcador. No fue una jornada afortunada para el Kaiser, quien abandonó el campo en los 26′: le reemplazó Michael Bella. “Tengo algunos recortes por ahí. No recuerdo tanto el partido, porque ha pasado tanto tiempo, pero era un central macanudo. Me dio mucha pena cuando supe que había fallecido. Elías siempre me contaba que era un gran hombre. Futbolísticamente, eran muy parejos. Era el número uno hasta que apareció Elías. Después era Elías el que mandaba en la lista a nivel mundial. Fue un partido importante para mí, porque me empezó a consolidar en la Selección. De Beckenbauer hablaba todo el mundo. Entonces, fue un honor enfrentarle”, puntualiza.

Mariscos y un guiño presidencial

En 2008, Beckenbauer volvió al país. Ahora, en otro rol. Había triunfado en el fútbol como jugador y entrenador. Transformado ya en un símbolo para la FIFA, fue parte de una selecta comitiva que llegó a Chile con motivo del Mundial Femenino Sub 20.

Harold Mayne-Nicholls, quien presidía la ANFP en la época, recuerda con nitidez el paso del alemán, quien pudo disfrutar, también de las bondades culinarias del país, específicamente las de Coquimbo. “Había jugado contra la UC. Se acordaba de eso cuando vino al Mundial. Lo tengo súper presente. Lo conocí a fines de los 90 y conmigo era súper atento, buena onda. En el Mundial lo pasó bien. Quería que Alemania fuera campeón, porque estaban preparando el Mundial femenino adulto”, recuerda. “Siempre hablaba bien de Chile, porque se acordaba de cuando vino como jugador y de que acá la gente había sido respetuosa ,de que lo había pasado bien”, atestigua.

El carácter oficial de la visita llevó a Beckebauer a encontrarse con la Presidenta Michelle Bachelet, en una cita en la que, entre otras personalidades, participó Elías Figueroa. “Hicimos una comida en La Moneda dos o tres días antes y la Presidenta dijo que nunca había tenido en la mesa a un Káiser, a un presidente y a Don Elías. Le habló en alemán a Franz. Fue muy cordial todo”, rememora. El recorrido siguió. “Luego fue a Coquimbo. Tuvimos una comida con mariscos en el Enjoy”, añade.

De esos encuentros, a Mayne Nicholls le quedó una certeza. “Tenía muy buena onda con Elías. En La Moneda comieron juntos, uno al lado del otro. Se respetaban mucho. Y conmigo siempre muy atento”, plantea.

Jorge Contador, junto a Franz Beckenbauer y Elías Figueroa.
Jorge Contador, junto a Franz Beckenbauer y Elías Figueroa.

En el norte, también hay otro recuerdo. Jorge Contador, también parte del directorio del fútbol chileno en la época, guarda una imagen que hoy tiene la validez de un certificado. “Vino en la Comisión de la FIFA para el Mundial femenino Sub 20. Ahí estuve con él en Coquimbo, en la inauguración. Fue algo difícil de olvidar. Estaban él, Blatter, el presidente de la federación inglesa. Se inauguró acá el torneo. La barrera del idioma no permitía hablar mucho. La foto es en Santiago, pero estuvo en Coquimbo. Era muy caballero, deferente. Siempre dispuesto para la foto. Había que juntarlos a los dos, con Elías, para tener a los mejores defensas de la historia juntos. Era una oportunidad única estar con los mejores centrales de la historia”, sentencia.

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