El estadio del terror: la dramática coincidencia que inquieta a la U

FOTO: BYRON PEREZ/AGENCIAUNO

Los azules no han podido ejercer su localía en el Nacional y ahora se trasladarán al Elías Figueroa para sus partidos finales. Precisamente. Valparaíso es la ciudad que más descensos ha vivido en la última década. Además, la mayor parte de los equipos que ha perdido la categoría -desde el 2011 hasta ahora- lo ha hecho fuera de su ciudad de origen.



El próximo lunes 15 de noviembre, a las 20 horas, Universidad de Chile se juega uno de sus partidos más trascendentales de los últimos años. Al frente estará O’Higgins y los tres puntos en disputa marcarán el destino de ambos elencos: si ganan los celestes, prácticamente aseguran su permanencia en Primera y si triunfan los azules, podrían enfrentar las dos últimas fechas fuera de la zona de promoción (dependen del resultado de Curicó ante Colo Colo).

Pero para los creyentes en las cábalas y mufas futboleras, los laicos partieron perdiendo el compromiso, al elegir el Elías Figueroa como su recinto oficial, pues no pueden -por reglamento- jugar en El Teniente, ya que allí hace de local el Capo de Provincia.

Y esto se afirma, porque al revisar los números de la última década, se puede apreciar que Valparaíso ha sido testigo de la mayor cantidad de descensos del 2011 hasta ahora y superaron a otros recintos “malditos”: Wanderers (2017 y 2021) y Cobresal (2017) se fueron a la B en el remozado coloso del puerto y lo transformaron en el estadio de la muerte, pues dejó atrás a otros reductos, como el Nelson Oyarzún de Chillán (Ñublense 2011 y 2015), el Ester Roa de Concepción (Universidad de Concepción 2012 y San Luis 2018) y el Fiscal de Talca (Rangers 2014 y Universidad de Concepción 2020).

Y si para evitar esta mala vibra, los azules deciden volver a Rancagua para jugar la última fecha ante La Calera (antes visitan a Cobresal en El Salvador), deberán derribar otro maleficio: gran parte de los que dejaron la categoría de honor, lo hicieron fuera de su ciudad de origen, en el mismo periodo mencionado anteriormente. De hecho, de las 19 catástrofes ocurridas en cancha (Cobreloa descendió por secretaría el 2015), 11 tienen esta característica y sólo ocho ocurrieron en casa.

Pero según el técnico del Romántico Viajero, Cristián Romero, nada de esto sucederá. La razón para su postura es la confianza que tiene en sus jugadores. “Tenemos que jugar al máximo de capacidad para revertir el momento futbolístico, así lo entienden, y estoy tranquilo, sereno, confiado. Tienen las capacidades para hacerlo. Este es el partido, creo mucho en los jugadores, lo vamos a revertir, necesitamos ganar”, aseguró Relojito.

“Ese clima que ha existido, independiente del resultado, nos deja una sensación que esto se revierte con fútbol. Ojalá ante O’Higgins aparezca el resultado, es el partido que hay que ganar. Hay que coronar esta mejora que hubo en el juego con un triunfo”, concluyó.

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