El clamor de Juan Tagle que enciende el debate: ¿Carabineros debe regresar al interior de los estadios?

Foto: Agencia Uno.

Un senador, un diputado y un coronel en retiro analizan la propuesta del presidente de Universidad Católica, luego de los gravísimos incidentes ocurridos en Concepción durante el Clásico Universitario ante la U.



“Tenemos que ponerle fin a esto de una manera distinta. Necesitamos a Carabineros dentro de los estadios y estamos dispuestos a poner lo que el gobierno nos pida para lograrlo. Debemos trabajar en conjunto para revertir esta tendencia”. Con esas palabras, Juan Tagle, presidente de Universidad Católica, clamaba por ayuda para atacar el fenómeno de la violencia en los estadios, luego de los lamentables incidentes ocurridos en el Ester Roa en el marco del Clásico Universitario.

Las palabras del timonel cruzado abren nuevamente el debate sobre si el regreso de la presencia policial en las tribunas es el camino para enfrentar un severo problema que data de fines de la década del 80. Cabe recordar que los uniformados estuvieron en las gradas de los recintos hasta 2013, cuando entraron en vigencia los cambios a la Ley de Violencia en los Estadios, y un par de años después el presidente de la ANFP de ese entonces, Sergio Jadue, pidió el retorno de los efectivos. Un diputado, un senador y un coronel en retiro de Carabineros entregan su punto de vista sobre esta idea y cómo abordar la crítica situación.

“Es absolutamente improcedente, porque el fútbol profesional, como su nombre lo indica, es una actividad privada con fines de lucro. Por lo tanto, dejó hace mucho tiempo de ser una actividad de carácter público, y eso excluyó a Carabineros, como pasa en todos los países del mundo, de ejercer seguridad sobre una actividad que tiene estos fines. Esa misma situación que pide el presidente de la Católica, lo puede pedir cualquier banco o cualquier empresa”, señala el coronel (r) y experto en seguridad Pedro Valdivia.

Una opinión similar tiene el diputado socialista Daniel Manouchehri, quien también establece prioridades. “El debate de fondo es si creemos oportuno sacar de las calles a miles de carabineros todas las semanas para que vayan a resguardar un espectáculo privado. Alguien podría considerar también necesario hacerlo en algún concierto o fiesta privada”, ejemplifica.

Por su parte, el exuniformado recuerda años pasados, donde la utilización de la dotación era algo común. “Cuando hizo su peak el mal uso que se hacía de la fuerza pública en la década de los 90, fue con un plan que se llamaba Plan Dinero y significaba que en la apertura de cada banco había un carabinero. Si vamos avanzando en el tiempo, y lo digo con bastante conocimiento de causa, cuando había un partido con alto grado de sensibilidad -en esa época no existía la calificación de alto riesgo- significaba que había 1.000 carabineros estando un día completo en el estadio para una actividad privada, lo que equivalía al 25% de la dotación de la Región Metropolitana. Indudablemente esa no es la solución para el problema que se está viviendo, que es de hace muchos años”, apunta.

“Hay que recordar que antiguamente un clásico, sin Estadio Seguro, significaba más de 1.500 a 2.000 carabineros, en un clásico Colo Colo con Universidad de Chile. Evidentemente que hoy día, no estamos en condiciones para realizar ese tipo de resguardo, especialmente para un evento que es particular”, contextualizó el director nacional de Orden y Seguridad, general inspector Enrique Monrás, en un punto de prensa.

En tanto, el senador de Demócratas, Matías Walker, apunta a Universidad de Chile por lo ocurrido en Concepción. “Lo que señala Juan Tagle es ideal: tener más dotación de carabineros dentro del estadio. Entre paréntesis, la ley nunca sacó a carabineros de los estadios, sino que ellos, por una cuestión operativa, creen que es mejor estar en el perímetro exterior e ingresar cuando se producen desmanes. Algunos dicen que eso se produjo con lentitud el domingo, pero acá hay un tema de seguridad privada que es responsabilidad del organizador. No puede ser que un encapuchado se pasee por todo el estadio con una bengala encendida y ningún guardia lo pare o lo retenga. Activar un fuego artificial no es una falta, sino un delito, y eso un delito flagrante”, complementa.

“Nunca nos hemos ido de los servicios de estadios. Lo que sí, se ha reducido y creo que para un evento que es particular, privado, evidentemente que la cantidad de carabineros tiene que ser reducida, y nosotros trabajar en los perímetros que tienen que ver con la vía pública”, refrenda el general Monrás.

Las soluciones

En cuanto al camino de salida, hay visiones relativamente similares, aunque con matices. Para Valdivia, “la solución no es poner carabineros al interior, porque esto responde a un fenómeno social. La sociedad chilena está absolutamente quebrantada por la delincuencia. Indudablemente que donde está el foco de mayor exposición para que se produzcan estos enfrentamientos es en los estadios. Entonces, hay un problema que pasa por lo que se llama en seguridad, prevención social. O sea qué es lo que se está haciendo por eso”, dice.

En esa línea, no duda en señalar que “se ha creado un monstruo”. Y añade: “Algunos dirigentes dicen que son 10 o 20 hinchas. Y no, aquí no son 10 o 20 personas que legalmente constituyen una asociación ilícita. ¿Qué es eso? Es que cada persona que se organiza para cometer delitos. Y aquí la asociación ilícita está flagrante todos los domingos, porque hay ingresos ilícitos, hay daños calificados, hay vulneración a la ley de control de armas y explosivos, hay encapuchados que vulnera la ley... Hay un cúmulo de delitos que configuran acciones de asociación ilícita”.

Por ese motivo cree que son otros elementos que se debe fortalecer para combatir este tipo de delincuencia. “Esto es una actividad privada y como tal, los estados puedan entregar las herramientas necesaria de prevención a esa actividad privada. Hoy eso no existe. ¿Y por qué no existe? Porque no hay una ley de seguridad privada. Lo que hay son varios decretos que vienen del gobierno militar, que están diseminados y que más que regular, confunden. Hay una burocracia tremenda para incluso cambiarle el uniforme a un guardia privado para que se sienta más seguro y transmita más seguridad. Hace 14 años esa ley duerme en el Congreso”, sostiene.

Precisamente el senador Walker recuerda ese proyecto que impulsó desde la Cámara Baja. “Es fundamental porque hoy hay un mercado de guardias y vigilantes privados, que es muy lucrativo, poco regulado y con pocas exigencias. Nosotros creemos que Carabineros tiene bastantes funciones administrativas como para además tener que supervisar el mercado de seguridad privada. Entonces, creemos que es muy importante volver a la idea que planteamos hace muchos años con Felipe Harboe y Jorge Burgos, cuando éramos diputados en la época de Piñera I, que es crear una Superintendencia de Seguridad Privada y poner más regulación”, sostiene.

Eso sí, luego de los últimos hechos delictuales que han conmocionado a la sociedad chilena, esta postergada iniciativa debiese materializarse dentro de los próximos dos meses. “Forma parte de los 31 proyectos de ley que se priorizaron en materia de seguridad en este acuerdo global entre el Ejecutivo y las dos Cámaras. Como Demócratas, con Ximena Rincón fuimos quienes pedimos que se incorporara dentro de la agenda. Lo conversé con el nuevo presidente de la Comisión de Seguridad, el senador Felipe Kast, quien mostró la mejor voluntad de ponerlo pronto en tabla”, adelanta el parlamentario.

En tanto el general Monrás sugiere varios cambios y coincide con esta última idea. “Hay que mejorar especialmente con los desórdenes, verificar qué tipo de sanciones estamos realizando, qué tipo de sanciones también se les está imponiendo a los clubes y, a lo mejor, darle una vuelta a la normativa que rige a la seguridad privada, especialmente para estos eventos y, diría yo, para eventos masivos, no tan solo en estadios, sino que eventos que agrupa a una gran masa de personas”.

A su vez, el diputado Manouchehri apunta a las instituciones deportivas, entre una serie de medidas que sugiere. “Por un lado, se requiere aumentar las penas, con penas de cárcel efectiva para los antisociales. Por otra, se requiere que los clubes asuman obligaciones respecto a la seguridad, en especial en los ingresos, donde se necesitan medidas de tecnología que permitan prohibir la entrada a delincuentes”, señala.

Walker coincide: “La ley tiene que aplicarse, debe aplicarse el derecho de admisión, establecer torniquetes, control biométrico, cámaras de reconocimiento facial... Que las personas consientan la utilización de sus datos al momento de adquirir su entrada para efectos de seguridad. Son medidas que requieren inversión, voluntad y llegó el momento de que las puedan implementar”.

Asimismo, el coronel (r) Valdivia, quien estuvo una Copa América analizando el fenómeno, cree que hay mucho que hacer en materia de identificación de los hinchas. “Acá se hizo un intento de empadronamiento, pero no resultó. Es misma base hoy se puede generar al ingreso del estadio en coordinación con el Registro Civil. Esa la manera en la que otros países han logrado identificar a las personas”, dice. Y añade que la tecnología es vital para avanzar. “Hoy hay cámaras y se pueden hacer rastreos antes de que ocurran las cosas y no después, como funciona ahora. Además, los guardias no tienen la capacidad ni preparación para intervenir y así no va a funcionar nunca”, cierra.

Cambios a Estadio Seguro

“Cambiaremos el plan Estadio Seguro por un programa de barrismo social y comunitario”, se podía apreciar en la página 163 del programa de gobierno durante la candidatura del actual Presidente de la República Gabriel Boric. Sin embargo, hoy los cambios prometidos todavía son una materia pendiente y la repartición que hoy encabeza la periodista Pamela Venegas sigue levantando muchos cuestionamientos.

“El programa Estadio Seguro a todas luces debe ser reformulado. Gobierno tras gobierno vemos cómo no se consiguen resultados. Esto va más allá de quién gobierna, debemos verlo como un tema de Estado y afrontarlo con grandes acuerdos, sin buscar sacar dividendos políticos”, manifiesta Daniel Manouchehri.

Mientras que Matías Walker imagina cómo debiese ser en el futuro. “Estadio Seguro debiera ser una división dentro del nuevo Ministerio de Seguridad Pública, con un consejo técnico, donde estén representados Carabineros, la Policía de Investigaciones, la Unidad de Análisis Financiero, la Superintendencia de Seguridad Privada, con representantes del fútbol profesional, un consejo que sea permanente y que trascienda al gobierno de turno. A Estadio Seguro le hace falta ponerse los pantalones largos. Los últimos jefes de Estadio Seguro que le dieron un perfil mayor al cargo fueron Matías Eguiguren y José Roa. Necesitamos gente muy empoderada en ese cargo”, sentencia.

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