Cinturón apretado y algo más: las impopulares medidas que Ronaldo adoptó para resucitar al Cruzeiro

Ronaldo posa con la camiseta de Cruzeiro, en los días en que adquirió el control del club.

El Fenómeno celebra el regreso La Raposa a la Serie A del Brasileirao. Lo hace, ahora, como el flamante dueño del club que lo formó como futbolista y en cuyo paso dejó inolvidables consecuencias en los clubes chilenos a los que enfrentó. El brasileño, para muchos el mejor centrodelantero de la historia, vuelca la experiencia que adquirió en otro proyecto empresarial exitoso: el Valladolid, de España.



Ronaldo sigue celebrando. Ya no en la cancha, como en sus mejores tiempos de futbolista, que lo llevaron a ser considerado el mejor centrodelantero de la historia. Tampoco en las apoteósicas fiestas que animó y que también se transformaron en célebres. La que alza los brazos ahora es la nueva versión del Fenómeno. Se trata del dirigente o, más precisamente, del propietario de club. Ya lo hizo con el Valladolid, al que logró devolver a LaLiga, la categoría estelar del fútbol español, pero lo más reciente tiene un valor especial, que trasciende lo deportivo y lo económico: la gestión que encabeza el ex seleccionado brasileño ha devuelto al Cruzeiro a la Serie A del Brasileirao. El equipo de Belo Horizonte fue el que formó al exgoleador y en el que dio sus primeros pasos como profesional. Fue la época, en que, por ejemplo, lo sufrió Colo Colo, que fue víctima del talento de un auténtico elegido.

El Ronaldo dirigente también parece tocado por una varita. Sin embargo, su estilo dista bastante del futbolista superdotado o del civil que se permite licencias, sobre todo nocturnas. La versión empresarial es más estricta y, principalmente, cuidadosa en cada decisión, sobre todo en materia económica. Mal que mal, cada peso (o real o euro, para el caso) que se gaste proviene directamente de su bolsillo o responde a sus decisiones.

Austeridad

A comienzos de enero, Ronaldo tomó el control de La Raposa. Por esos días, dejaba claro que asumía en una condición compleja, en un club que incluso estuvo en peligro de caer a la tercera categoría del fútbol brasileño, un escenario impropio para una institución que ganó 10 títulos nacionales, siete internacionales y 44 estaduales. Había que adoptar medidas drásticas y con la misma contundencia y frialdad que cuando se lucía en las áreas rivales, el exatacante dejaba en claro que estaba dispuesto a tomarlas.

“Es un escenario trágico, pero tenemos que parar la sangría. Cruzeiro es un paciente en estado grave, está en la UCI, y estamos ofreciendo el tratamiento necesario para que salga de esa condición”, declaró en el momento de asumir el club. Por esos días, el primer esfuerzo estaba orientado a determinar el real escenario económico del club. “Cada día que abrimos un cajón nos encontramos con alguna sorpresa negativa y aún estamos en ese proceso de análisis descubriendo el tamaño del agujero que existe”, decía.

Ronaldo celebra un nuevo ascenso como presidente de Cruzeiro.
Ronaldo celebra un nuevo ascenso como presidente de Cruzeiro. Foto: @Cruzeiro/Twitter.

Para hacerse una idea del agudo panorama que enfrentaba el astro, hay que señalar que la deuda del club en el momento en que lo asumió se acercaba a los US$ 27 millones, considerando los montos exigibles hasta 2023. La nueva administración tuvo que sentarse a negociar con los acreedores e, inicialmente, bajar los gastos, que cifraron en US$ 6,7 millones, tres veces menos que lo que estaban invirtiendo cuando el ex futbolista y sus asesores iniciaron su paso por la institución.

En el camino, por ejemplo, tuvo que adoptar medidas que seguramente resultaron dolorosas, como la salida de Vanderlei Luxemburgo, quien lo había dirigido en el Real Madrid.

La declaración de principios abría espacio para más decisiones de ese tipo. “Tenemos mucho trabajo por hacer, muchos recortes que hacer. Es el momento de acciones impopulares, pero necesarias para que el club vuelva a ser grande”, anticipaba en el inicio de un proceso que, a la luz de las evidencias, terminó dándole la razón.

También consolidó al Valladolid

En el Valladolid, donde tuvo al chileno Fabián Orellana entre sus subordinados, ha vivido varias experiencias, que incluyen alegrías y sinsabores. El 3 de septiembre de 2018 se anunció su arribo al club, después de la compra del 51 por ciento de las acciones de la sociedad que lo administra. Llegó autoimponiéndose el desafío de llevar al Pucela a la Champions, pero un choque de realidad lo mandó a la segunda división española en 2021, con los consiguientes cuestionamientos de los hinchas. El retorno a La Liga se produjo al año inmediatamente siguiente. Como el Cruzeiro, el Valladolid también era un club endeudado. Hoy, luce finanzas sólidas y estables.

El Valladolid también ha avanzado en el plano institucional. Ha ido renovando paulatinamente su estadio y las comodidades para las distintas categorías del club. Y también luce otro avance significativo: de su mano ha resurgido el fútbol femenino. También ha habido decisiones controvertidas, como el cambio del escudo del club por una versión más modernizada. Sin embargo, como en la cancha, y como ahora con Cruzeiro, Ronaldo avanza. Al parecer, sin obstáculos que puedan detenerlo.

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