A fondo con Tiago Nunes: “No estamos en nuestra mejor forma física; llevará quizás hasta cuatro semanas alcanzarla”

Tiago Nunes, posando para La Tercera con el escudo de la UC de fondo. Foto: Juan Farías.

El flamante técnico de Universidad Católica da su primera entrevista en Chile. Revela su fórmula para sacar a los cruzados del difícil momento que viven. Además, confiesa cuáles son los planes para su carrera internacional y establece sus objetivos para una temporada en la que no tuvo la posibilidad de armar el plantel.



Tiago Nunes (Santa María, 15 de febrero de 1980) cumple dos semanas al frente de Universidad Católica. El técnico brasileño llegó en un presente complejo, mientras paralelamente vive uno de los momentos más felices de su vida. “Hace 14 días nació mi hija, mi tercera. También tengo una niña de ocho, un niño que va a cumplir cuatro y ahora mi hija. Mi idea es que pronto venga mi familia”, comparte con mucha ilusión.

La conversación fluye en el mismo salón del directorio de Cruzados donde se definió su llegada. Un instante que recuerda perfectamente. “Había 11 personas en la reunión y les dije como broma si cada uno me ayudaba con un refuerzo”, cuenta, entre risas.

¿Qué lo llevó a aceptar la oferta de la UC?

Primero, querer continuar mi carrera internacional. Hace tiempo que tengo una planificación sobre mi carrera internacional, empezando por Sudamérica. Durante bastante tiempo los entrenadores brasileños se quedaron en Brasil. Nadie salió a explorar este mercado y a abrir puertas a otros técnicos. Quiero cambiar esa imagen, tengo planes a largo plazo que están más allá del Atlántico...

¿Y luego?

Después tenía claro que quería estar en un equipo tradicional y con una camiseta muy fuerte. Católica es un equipo que no es necesario explicar, todos conocen a Católica y por esto es un equipo que me atrae. Luego, la credibilidad del club. Porque uno empieza a buscar información sobre las personas que están aquí y había una cierta cercanía del presidente de Sporting Cristal con la directiva de Católica. Me parece que los clubes incluso se parecen en algunos aspectos. Entonces hablé con el presidente de Cristal y me pasó referencias. También, estaban las condiciones de trabajo, que acá son óptimas, y finalmente y no menos importante, la capacidad de competir por títulos. Yo creo que tenemos acá jugadores con jerarquía y experiencia y también jóvenes con capacidad de pelear por el Torneo Nacional y la Copa Chile.

¿Se le puede exigir el título, pensando en que no armó el plantel?

Yo llegué acá con el objetivo de pelear el título e intento pasar eso a los jugadores todos los días, porque es una exigencia del club, de la institución, de nuestra gente, de la hinchada. El equipo tiene que estar arriba. Las circunstancias actuales son otras; el momento del club no es el mismo de hace algunos años, hay muchas cosas que están sucediendo más allá de lo deportivo: lo del estadio, la falta de nuestra localía, que es algo importante, porque los números de Católica de local siempre fueron increíbles. Entonces, hay un desafío, que es mantener la pelea por el título, bajo circunstancias que no controlamos, como la localía. Yo no debería exigir el título, pero tenemos que mantener el objetivo claro de pelearlo, porque si no lo ganamos, mínimamente vamos a estar en los primeros puestos.

¿Le sorprendió algún jugador?

Hay jugadores sí que me sorprendieron por su calidad y capacidad individual, pero no me gustaría hacerlo público. Para mí, lo más importante es cómo funciona el equipo. Los jugadores individualmente pueden marcar la diferencia si colectivamente el equipo está ordenado, si hay una identidad de juego. Y ahí creo que también pueden surgir otros jugadores a partir de esto. Nuestro objetivo en este momento es rescatar la confianza desde una estructura clara y objetiva de cómo queremos jugar. Claro que hay la necesidad del resultado inmediato, pero tenemos que en uno, dos, tres, cuatro o cinco partidos ir repitiendo los comportamientos colectivos y desde ahí potenciar las individualidades.

¿Es más importante ganar o jugar bien?

Jugar bien normalmente te acerca a ganar o a meter los goles necesarios. En este momento, creo que la única forma que puede acercarnos a ganar es que los jugadores tengan claro cómo queremos jugar, cuáles son sus funciones exactas dentro de la cancha; qué tienen que hacer en fase defensiva y ofensiva. Entonces, estoy muy enfocado en que los jugadores lleguen con las informaciones claras de lo que tienen que realizar durante el partido. A partir de esto, si el jugador se siente confiado, los circuitos y las conexiones colectivas acaban generando las situaciones normales de un equipo que tiene calidad individual para aportar algo más. Aún somos un equipo individualmente con buen potencial, pero no somos todo lo que podemos ser colectivamente. Entonces, el objetivo hoy es ganar a través de una idea clara.

¿Físicamente encontró muy disminuido al grupo?

No sé si disminuido. Para mí el tema físico es algo muy relevante. Soy el tercer entrenador del equipo en la temporada. Entonces, al final son maneras distintas de ver el fútbol, de preparar el equipo. Nosotros llegamos con una visión comparativa con lo que se tiene de lo mejor en Sudamérica a nivel estructural y también a nivel de preparación. Pienso que se puede potenciar y evolucionar. No estamos en nuestra mejor versión física todavía. Creo que llevará dos, tres, quizás hasta cuatro semanas alcanzar nuestra mejor versión en ese tema.

Se está hablando del Método Nunes, con prácticas más largas y otras medidas. ¿Qué le parece?

No creo en métodos específicos, creo que la preparación hoy es universal, que cambia realmente la capacidad de cada entrenador de cómo convencer al jugador. Y eso hago: convencerlo de que tenemos que competir mejor durante los partidos. Ahora, el tiempo de trabajo no me parece tan largo, quizás un poquito más, pero me interesa que sea de calidad.

También los jugadores han dicho que ha reforzado mucho el aspecto mental...

Les digo a los jugadores que individualmente pueden ser mejores y ahí utilizando a ellos mismos como ejemplo, porque estamos hablando de jugadores con experiencias en otros planteles y países, y saben cuáles están en su mejor versión o no. Luego hablo colectivamente, vemos muchísimos videos. Soy profesor por naturaleza y me gusta enseñar, practicar y demostrar dónde se puede mejorar. Preparamos al equipo con objetivos claros. No creo en las soluciones mágicas, sino en las objetivas y racionales. Cuando se convence que hay un proceso, se puede alcanzar el objetivo.

Tiago Nunes fue anunciado hace apenas 15 días como técnico de Universidad Católica. Foto: Juan Farías.

En unas semanas se vienen los clásicos con Colo Colo y la U. ¿Cómo ve ese tipo de partidos?

Los clásicos son especiales, son partidos diferentes, donde hay un aspecto emocional muy presente y que ha de vivirse con alta intensidad. Claro que sabemos que están dentro del contexto de la competencia, pero yo los encaro como partidos aparte. Esto es igual en todas las partes, eso no cambia. La rivalidad es algo que pertenece a todos nosotros. Tenemos que respetar muchísimo la historia de los clásicos, pero vivir con la intensidad y la responsabilidad necesaria para aportar lo mejor de nosotros y que principalmente nuestra gente se sienta representada.

¿Se identifica con algún técnico?

Como diría Guardiola, soy un ladrón de ideas; agarro ideas de otros entrenadores. Para mí estudiar a los rivales siempre es un aprendizaje. En Perú fue un gran desafío, porque había entrenadores de muchos lados. En los últimos años, participamos en cuatro Libertadores y tres Sudamericanas. Entonces, uno enfrenta a diversas escuelas. No tengo un entrenador específico, pero hay inspiraciones en todas partes.

En Chile también varios mencionan a Manuel Pellegrini...

Sí que es un referente que está bastante tiempo en Betis. Y también ahora en Botafogo tuve a Luiz Henrique, que estuvo con él y me pasó también algunas cosas. No lo conozco en persona, pero ojalá pueda algún día compartir con una charla con él.

Usted vive los partidos con mucha intensidad. ¿Lo ve como una cualidad o un factor de mejora?

Yo creo que es una fortaleza y un defecto también, porque encontrar el equilibrio entre ser intenso y motivar al equipo para que se identifique con uno, es un desafío. Al mismo tiempo es una fortaleza, porque intento vivir las prácticas del día a día y el partido con gran intensidad. Vivo el fútbol así desde niño. No tuve la fortuna de ser un futbolista de alto nivel. Entonces vivo el fútbol a través de los jugadores. Claro que en algún momento uno puede perder el equilibrio, pero creo que hay tiempo suficiente para mejorar cada día, cada partido, tener la humildad de ver cuando nos equivocamos y a partir de eso ser una persona mejor. Porque también soy un ejemplo, no solo para mi familia, para mis hijos, sino para nuestra gente; para la institución que defiendo. No puedo perder la cabeza en ningún momento. A veces pasa, pero estoy intentando mejorar siempre.

Además, usted se caracteriza por ser un formador...

Me encanta poder marcar la diferencia en la vida de las personas que conviven conmigo. Y yo puedo marcar la diferencia de varias formas: negativa o positiva. Yo me detengo en las positivas, que son la información, compartir sensaciones, emociones, experiencias. Entonces, cuando me toca trabajar con un jugador joven, que normalmente está abierto y escucha todo e intenta poder imitar todo lo que se pide, es siempre un gusto poder ver cómo crece y cómo se desarrolla. Y principalmente, cuando trasciende a nivel nacional y llega a Europa u otros mercados, para mí ese es el gran legado que un entrenador le puede dejar a un club.

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