Jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU. en el ojo del huracán por vínculos con China

El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, habla durante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado en el Capitolio, en Washington. Foto: AP

El general Mark Milley compareció ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado para dar explicaciones sobre unas llamadas a sus homólogos chinos al final del mandato de Donald Trump. Sobre el retiro de tropas de Afganistán, señaló que “fue un éxito logístico, pero un fracaso estratégico".


El máximo oficial militar de Estados Unidos le dijo al Congreso ayer que sabía que el expresidente Donald Trump no planeaba atacar a China y que era su trabajo tranquilizar a los chinos sobre ese hecho en llamadas telefónicas que han provocado la indignación de algunos legisladores norteamericanos.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark Milley, realizó una defensa enérgica de dos llamadas que hizo a su homólogo chino, diciendo que estaba respondiendo a “inteligencia preocupante” de que China estaba preocupada por un ataque estadounidense.

“Lo sé, estoy seguro, el Presidente Trump no tenía la intención de atacar a los chinos”, dijo Milley en una audiencia ante al Comité de las Fuerzas Armadas del Senado. “Mi tarea en ese momento era desescalar. Mi mensaje fue coherente: mantener la calma y la estabilidad y desescalar. No vamos a atacarlos”, añadió.

Las llamadas entre Milley y su par chino, el general Li Zuocheng, fueron reveladas por primera vez en el libro Peril (Peligro), de los periodistas del diario The Washington Post Bob Woodward y Robert Costa. La primera llamada ocurrió el 30 de octubre de 2020, cuatro días antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Y la segunda fue el 8 de enero de 2021, dos días después de que los partidarios de Trump irrumpieran en el Capitolio de Estados Unidos para intentar evitar la certificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

Algunos legisladores republicanos han acusado a Milley de extralimitarse en su autoridad y le han pedido que renuncie. En su testimonio de ayer ante los senadores, el general defendió sus acciones y dijo que las llamadas fueron coordinadas con el entonces secretario de Defensa, Mark Esper, y luego con su sucesor interino, Christopher Miller. “El propósito específico de las llamadas de octubre y enero se generó por información de inteligencia que nos hizo pensar que los chinos estaban preocupados por un ataque de Estados Unidos”, dijo Milley.

El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, escucha durante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado en el Capitolio, en Washington. Foto: AP

“Estas comunicaciones de militares a militares en los niveles más altos son fundamentales para la seguridad de Estados Unidos a fin de desconfigurar acciones militares, manejar crisis y prevenir guerras entre grandes potencias armadas con armas nucleares”, explicó. “En ningún momento intenté cambiar o influir en el proceso, usurpar la autoridad o insertarme en la cadena de mando”, sostuvo Milley. Y agregó: “Creo firmemente en el control civil de las Fuerzas Armadas como un principio fundamental esencial para esta república y estoy comprometido a asegurar que las Fuerzas Armadas se mantengan alejadas de la política interna”.

Milley afirmó que la llamada de octubre se hizo bajo la dirección del entonces jefe del Pentágono, Mark Esper, y que la segunda se hizo a pedido de los chinos y se coordinó con la oficina del entonces secretario de Defensa en funciones, Chris Miller. Tras la publicación de extractos del libro el 15 de septiembre, el Presidente Biden renovó su confianza en el general Milley.

El general también se refirió a una llamada telefónica que tuvo con Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, en la que, según el libro de Woodward y Costa, la influyente legisladora buscó garantías de que Trump no pudiera usar códigos nucleares.

“Procuré asegurarle a ella que un lanzamiento nuclear se rige por un proceso muy específico y deliberado”, precisó Milley al comité del Senado, diciendo que Pelosi “estaba preocupada” y usó “varias referencias personales para describir al presidente”. “Le expliqué que el presidente tiene la autoridad exclusiva para lanzar un ataque nuclear, pero no lo hace solo”, agregó, al tiempo que señaló “procesos, protocolos y procedimientos”.

Según el libro, Pelosi, refiriéndose a Trump, dijo: “Usted sabe que está loco. Ha estado loco desde mucho tiempo”. A lo cual Milley respondió: “Señora presidenta, estoy de acuerdo con usted en todo”. En su testimonio ante el Senado, Milley señaló que le dijo a Pelosi que él “no estaba calificado” para determinar la salud mental de un presidente.

El general Mark Milley conversa con el Presidente Donald Trump, después de que pronunció el discurso sobre el estado de la Unión, el 4 de febrero de 2020. Foto: AFP

Retirada de Afganistán

El general Milley estuvo acompañado de las más altas jerarquías del Ejército, como el secretario de Defensa Lloyd Austin y el comandante del Comando Central de Estados Unidos, el general de marina Frank McKenzie, quienes se refirieron a la salida de las tropas norteamericanas de Afganistán.

El general Milley y los demás funcionarios defendieron la reducción de fuerzas el mes pasado y reconocieron que la operación no salió según lo planeado. Dijeron que habían recomendado mantener a miles de tropas estadounidenses en el país hasta los últimos días de la guerra.

“Desde un punto de vista operativo y táctico, (la evacuación) fue un éxito. Estratégicamente, la guerra se perdió. El enemigo está en Kabul“, dijo Milley, el funcionario de más alto rango del Pentágono que hizo públicamente una evaluación tan crítica del esfuerzo de Estados Unidos. En otro momento, dijo sobre la retirada: “Fue un éxito logístico, pero un fracaso estratégico”.

El testimonio de ayer en el Senado fue la primera de dos audiencias muy esperadas sobre la reducción de tropas de Afganistán, con una sesión programada para hoy en la Cámara de Representantes. Fue la primera vez que los principales funcionarios del Departamento de Defensa que supervisaron la retirada testificaron desde que los talibanes tomaron el control de Kabul el 15 de agosto y desde que Estados Unidos abandonó el país dos semanas después.

¿Quién es el general?

La prensa estadounidense destacó que el general Mark Milley ha estado en el epicentro de más intrigas y debates políticos en los dos años que lleva como jefe del Estado Mayor Conjunto que cualquiera de sus predecesores a lo largo de cuatro años.

Desde las injusticias raciales y el extremismo interno hasta la polémica sobre sus contactos con sus pares chinos, Milley se ha visto mezclado en delicadas disputas políticas que lo ponen en el centro de la noticia.

Hombre fornido, de quijada angular, con cejas largas y una mirada pícara, Milley es astuto y bromista, indicó The Associated Press. Tiene una personalidad desbordante que a veces esconde su agudo intelecto y una tendencia a ahondar en la historia militar. Educado en Princeton, a menudo responde preguntas sencillas adentrándose en la historia, llegando a la época de los griegos.

Cuando se lo acusó de ser desleal, luego de la publicación de Peril, Milley respondió diciendo que era un militar que respondía directamente al Congreso. Lo único que dijo en público al respecto fue que habla con los militares chinos en forma rutinaria y en el marco de los deberes y las responsabilidades de su cargo.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, habla durante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado. Foto: AFP

“Creo que lo mejor es que me guarde mis comentarios hasta mi presentación ante los legisladores, que tienen la responsabilidad legal del supervisar a las Fuerzas Armadas”, declaró Milley. “Seré tan detallista como lo pida el Congreso”.

Loren Thompson, experto en las Fuerzas Armadas y director del Lexington Institute, un organismo sin fines de lucro, dijo a The Associated Press que Milley es víctima de la extrema polarización que hay en Estados Unidos y tal vez de sus esfuerzos por moldear su imagen.

“Sus descripciones de su comportamiento a puertas cerradas afloran con demasiada frecuencia en libros como el de Woodward y Costa”, expresó Thompson. “Tal vez se preocupa demasiado por moldear su imagen y eso no lo ha ayudado”.

No todas las controversias giran en torno a Trump. En una audiencia en la Cámara Baja en junio, Milley defendió apasionadamente el que los militares permitan que sus jóvenes oficiales estudien ideas con las que tal vez no estén de acuerdo, como la “teoría crítica de la raza”, y dijo que deseaba entender la “furia blanca” y las razones que impulsaron a la gente que participó en el alzamiento del 6 de enero en el Congreso.

Los jefes del Estado Mayor Conjunto generalmente se manejan con mucha sobriedad. Ninguno de sus 19 predecesores fue despedido y no parece que él vaya a serlo.

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