Elecciones transparentes, levantamiento de sanciones y la polémica de Guaidó marcan cumbre de Bogotá sobre crisis en Venezuela

El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, habla ante delegados internacionales durante una conferencia centrada en la crisis política de Venezuela. Foto: AP

La Conferencia Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela, cumbre impulsada por el Presidente colombiano, Gustavo Petro, fijó los objetivos tras reunir a 19 países y al representante de la Unión Europea. Evento marcado en la previa por la polémica con Juan Guaidó, que agitó de manera inesperada la previa del evento.


Con un llamado a elecciones transparentes y la eliminación de sanciones concluyó la Conferencia Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela, convocada por el Presidente colombiano, el izquierdista Gustavo Petro. La reunión, que tuvo como objetivo reactivar las conversaciones entre la oposición venezolana y el oficialismo, encarnado en el gobierno de Nicolás Maduro, se desarrolló durante este martes en Bogotá y no estuvo exenta de incidentes.

Todavía no iniciaba la reunión y una bruma se cernía sobre el evento, debido a una polémica decisión tomada por las autoridades del gobierno de Petro: expulsar al expresidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, quien durante la noche del lunes ingresó irregularmente -“de la misma manera que lo han hecho millones de venezolanos antes que yo, a pie”, dijo en sus redes sociales- a Colombia. Menos de un día después, figuraba volando hacia Estados Unidos. No estaba siquiera invitado a la cumbre, pero su figura ya tomaba un protagonismo inusitado.

A las 12.50 del mediodía, hora chilena, inició la conferencia respaldada por el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consignó el diario bogotano El Tiempo. Fue Petro, en su calidad de anfitrión, quien inició la instancia haciendo dos llamados: reintegrar a Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos para “encontrar las fórmulas de una mejor democracia”, y disminuir gradualmente las sanciones contra dicho país, siendo esto último -y no la gestión de Hugo Chávez o del actual Presidente Nicolás Maduro- la causa del sufrimiento venezolano, aseguró Petro.

“Al final, somos los latinoamericanos los que vamos a decidir si vamos a la guerra o la democracia, y son los ciudadanos venezolanos los que deben decidir lo que quieren”, aseguró en el inicio de la cumbre.

Acompañado por su ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, habla ante delegados internacionales. Foto: AP

Dentro de las conclusiones principales del evento destacaron la necesidad de establecer un cronograma electoral para que Venezuela tenga “elecciones libres, transparentes y con plenas garantías” y el trabajo hacia el “levantamiento de las distintas sanciones”.

El canciller chileno, Alberto van Klaveren, explicó que la reunión se centró en dar con “vías de solución” y en el “apoyo al proceso de diálogo indispensable entre las distintas partes presentes en la política venezolana”, incluidas “elecciones libres y transparentes”.

En la misma línea que lo planteado en las conclusiónes, el ministro de Relaciones Exteriores afirmó que “en la medida en que se avance hacia la generación de esas elecciones, puedan también levantarse varias de las sanciones que afectan seriamente gravemente a la economía venezolana”, agregó el representante chileno. Se trata de “avanzar paso a paso y paso por paso” con miras al desafío que significa el “flujo migratorio muy significativo procedente de Venezuela”. Espera que esto se traduzca en que “a mediano y largo plazo”, el tránsito “pueda reducirse significativamente”.

Desde el Grupo Libertad y Democracia, compuesto por expresidentes y líderes de derecha en la región que fue creado recientemente por el expresidente Sebastián Piñera y sus aliados sudamericanos, criticaron la cumbre a través de un comunicado que asegura que la instancia “puede convertirse en una validación de los intereses de la dictadura venezolana”.

Iván Duque, expresidente colombiano, pidió en Twitter que “no se pida el levantamiento de sanciones al régimen, sino que se le exija la libertad de presos políticos, garantías a la oposición y se convoque a elecciones libres sin la participación del tirano”.

El efecto Guaidó

Su viaje se dio en secreto y, según las leyes migratorias colombianas, de manera irregular. Juan Guaidó, uno de los líderes opositores en Venezuela, inició su travesía a pie desde Caracas para lograr llegar a Bogotá en el marco de la cumbre. Y lo hacía a sabiendas de que su modo de viajar podía generarle problemas.

Durante la tarde del lunes, el cuestionado canciller colombiano, Álvaro Leyva, ya adelantaba que no tenía conocimiento de la ubicación de Guaidó, advirtiendo que “si no aparece, corre riesgos, porque entró de forma inapropiada y en Colombia cumplimos las leyes”. La justificación legal se debe a la orden que pesa sobre Guaidó, que le prohíbe salir del país, además de múltiples órdenes de captura por distintos delitos impuestas por el Poder Judicial de su país, explicó El Tiempo.

El líder opositor venezolano, Juan Guaido, pronuncia su discurso de rendición de cuentas en un teatro de Caracas, en enero de 2023. Foto: Reuters

Horas más tarde, el político venezolano fue abordado por las autoridades aduaneras colombianas, siendo obligado a volar hacia Estados Unidos. “La persecución de la dictadura se extendió lamentablemente hoy a Colombia”, dijo Guaidó en un video publicado en sus redes sociales, donde se le veía en un avión.

Desde el gobierno de Petro defendieron la medida argumentando que el político no se apegó al conducto regular. “Simplemente entra con su pasaporte y pide asilo. Con mucho gusto se le hubiera ofrecido. No tiene por qué entrar ilegalmente al país. Se le ofreció el permiso de tránsito, no se le deportó de regreso a su país y con el permiso de EE.UU. voló hacia ese país”, escribió el propio Petro en sus redes sociales. “Obviamente, un sector político quería perturbar el libre desarrollo de la conferencia internacional sobre Venezuela”, agregó, criticando el actuar de Guaidó.

Analistas consultados por El Tiempo se refirieron a los efectos que la situación podría causar en la búsqueda de una solución a la situación de Venezuela, considerando el protagonismo que Guaidó ganó con su movimiento, los que podrían variar desde el corto al largo plazo.

Sebastián Bitar, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, dijo a dicho medio que la figura del canciller y la propia reunión corren el riesgo de perder peso por la polémica, lo que tendría efectos inmediatos.

“La cumbre quedará eclipsada por la torpeza diplomática de maltratar a uno de los líderes de la oposición venezolana, Juan Guaidó, quien sintió que la dictadura venezolana lo perseguía incluso en Colombia. Muchos cuestionan al canciller Leyva por el trato a Guaidó y por el desorden en la agenda frente a la conferencia internacional”, aseguró.

Para Juan Nicolás Garzón, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, las consecuencias se podrían mostrar en el mediano plazo, especialmente en futuros encuentros. “Si bien representa una parte de la oposición, después de un momento clave y relevante, como fue el reconocimiento de Estados Unidos al gobierno de Guaidó, hoy en día existen dudas, y son dudas razonables, sobre cuál es el nivel de representatividad que tiene en el marco de la oposición”, explicó a El Tiempo.

El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva, lee una declaración al final de una conferencia con delegados internacionales centrada en la crisis política de Venezuela. Foto: AP

Más optimista se mostró ante el mismo periódico la analista y periodista venezolana Luz Mely Reyes, quien opina que “la Plataforma Unitaria, que es la que está negociando con el gobierno de Maduro, ha expresado que espera que la intermediación de Petro termine con el cumplimiento de una de las exigencias que hace y es que haya un cronograma de elecciones. Es decir, la salida de Guaidó no creo que vaya a afectar la cumbre, más allá de las lamentables declaraciones del canciller colombiano”.

Desde el gobierno colombiano no descartan una intencionalidad por parte de Guaidó. Así lo dijo el canciller Leyva, previo al inicio de la cumbre. En las afueras del Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería colombiana, el político dijo a los medios que se enteró de la llegada de Guaidó “por el ruido que él mismo produjo. Finalmente, por boca de un alto funcionario de Estados Unidos se conoció dónde estaba, lo que permitió que Migración Colombia se acercara”, agregando que “no tenía que hacer lo que hizo. Se ve que detrás de su acción estaba la necesidad de producir ruido, por decir lo menos”.

Desde la contraparte, un cercano a Guaidó dijo bajo reserva de identidad a la revista Semana que el político venezolano actuó bajo “chantaje”, lo que habría ocurrido por orden del Presidente Petro y del canciller Leyva, acusó.

“El gobierno de Colombia, por pedido directo de Gustavo Petro y Álvaro Leyva, chantajearon a Juan Guaidó. Le pidieron que abandonara inmediatamente el territorio colombiano, en un vuelo directo a Estados Unidos. A cambio, se comprometieron a gestionar y garantizar la seguridad de su familia en Venezuela”, aseguró al medio colombiano. “La orden del gobierno colombiano a Guaidó fue pactada directamente con el régimen de Nicolás Maduro y con la mediación de Estados Unidos”, agregó.

Según dicha persona, “el Departamento de Estado llamó directamente a la esposa de Guaidó diciéndole que su vida corría riesgo en Venezuela y que debería salir de ese país cuanto antes vía territorio colombiano, a pie, sola con sus dos hijas menores”.

La grave acusación fue respaldada por el propio expresidente encargado, quien se refirió a algo similar en Twitter: “Por las amenazas directas a mi familia e hijas del régimen de Maduro, que se extendieron a Colombia, estoy tomando este vuelo. Hasta lograr elecciones libres en Venezuela continuaremos luchando. Mañana les daré más detalles”, dijo previo a su salida del país.

Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, también estuvo en la instancia, y consultado por lo ocurrido con Guaidó, afirmó previo al certamen: “No perdamos de vista el objetivo fundamental de esta Conferencia (Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela), que es impulsar que las negociaciones que están encalladas en México se desencallen. Que el acuerdo humanitario al que se llegó se aplique”.

El alto representante también afirmó que entiende la preocupación sobre las sanciones, pero aseguró que la UE no aplica ninguna que afecte a los ciudadanos, sino a determinados miembros gubernamentales. Pero adelantó que, de avanzar en el proceso, también se podrían levantar los castigos. “Un proceso de normalización democrática, tiene que ir acompañado de un levantamiento gradual de las sanciones. Todo consiste en saber el cuándo y el cómo”.

El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, criticó la política de las sanciones económicas que existen sobre algunos representantes venezolanos durante su intervención. “Democracia, derechos humanos, recuperación de la economía venezolana y el bienestar de su gente son objetivos perfectamente compatibles. Objetivos que, tal como hemos visto, nunca pueden lograrse por el camino de las sanciones y los bloqueos. Ese camino enrarece el clima internacional y perjudica el estatus de América Latina y el Caribe como la zona de paz más densamente poblada del planeta”, planteó.

En una línea similar a la que Petro hizo referencia durante la inauguración, Cafiero dijo que “el camino para encontrar una salida política a la situación en Venezuela está dado por el diálogo entre los propios venezolanos, sin presiones ni condicionamientos externos”.

Resultados y exigencias

La expectación sobre los posibles resultados de la reunión de 20 representantes del mundo eran altas, impulsada por las propias declaraciones de Maduro en horas previas, cuando afirmó que su país tenía una lista de condiciones. La primera era “el levantamiento de todas las sanciones ilegales, las medidas coercitivas unilaterales, ilegítimas, ilegales, que desde el año 2015 se han impuesto en contra de Venezuela, casi un número que se acerca a las 1.000 sanciones en contra de nuestra economía, de nuestro petróleo”, dijo el mandatario.

Un segundo punto hace referencia a la liberación de Alex Saab, empresario colombiano calificado como “diplomático” por Maduro, que enfrenta juicios en Estados Unidos por ser apuntado como el principal testaferro -quien cede su nombre y se hace responsable de un negocio que no le pertenece- del presidente venezolano, consignó el diario El Nacional.

Manifestantes protestan exigiendo la liberación de los presos políticos, elecciones libres en Venezuela y el derecho a votar en el extranjero previo al inicio de la cumbre en Bogotá. Foto: Reuters

Otro de los condicionantes fue anunciado por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, quien dijo que se debía suspender de inmediato la investigación que lleva adelante la Corte Penal Internacional (CPI) contra el gobierno chavista, por posibles crímenes de lesa humanidad.

De aquellas, solo una fue concedida por el grupo: el eventual levantamiento de sanciones. Así lo explicó el canciller colombiano Álvaro Leyva, quien detalló las tres conclusiones a las que se llegaron en una breve intervención. En primer lugar, destacó la “necesidad de establecer un cronograma electoral que permita unas elecciones transparentes” siguiendo las recomendaciones de la Misión Electoral de la Unión Europa de 2021.

El segundo punto refirió a que los pasos acordados para la “satisfacción de las partes vayan en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones”, continuó. En último lugar, planteó que “la continuación del proceso facilitado por el Reino de Noruega, que ha tenido lugar en México, sea acompañada con la aceleración de la implementación del fondo fiduciario único para inversión social en Venezuela”, cerró.

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