Ejercicios militares a menos de 20 km de la costa y bloqueo a importaciones: la respuesta de China al viaje de Pelosi a Taiwán

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, saluda con otros miembros de la delegación mientras abordan un avión antes de salir del aeropuerto de Taipei Songshan, en Taipei, Taiwán. Foto: Reuters

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, calificó la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes como una "farsa absoluta" y acusó a Estados Unidos de violar la "soberanía" de su país bajo el disfraz de la llamada "democracia".


Poniendo fin a una polémica escala de menos de 24 horas en Taiwán, el avión que transporta a la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, despegó el miércoles a las 18.01 hora local del aeropuerto Songshan de Taipei, después de una visita en la que la funcionaria prometió que “Estados Unidos no abandonará a Taiwán” y que indignó a China.

Antes de abordar el avión y continuar su gira por Asia con paradas en Corea del Sur y Japón, Pelosi aseveró en su cuenta de Twitter: “Que nadie se equivoque. El compromiso de Estados Unidos con el pueblo de Taiwán permanecerá inalterable ahora y en las próximas décadas”. La política visitó el Parlamento taiwanés y posteriormente se reunió con la Presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, quien le impuso una condecoración por su “apoyo” al territorio.

Pero la partida de Pelosi no acalló las críticas de Beijing. En declaraciones a los periodistas durante una reunión de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (Asean) en Camboya, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, calificó la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes como una “farsa absoluta” y acusó a Estados Unidos de violar la “soberanía” de su país bajo el disfraz de la llamada “democracia”.

“Tsai Ing-wen de Taiwán y los de su calaña se aferran a Estados Unidos y le dan la espalda a la justicia nacional. Estos comportamientos que van en contra de la tendencia de los tiempos no cambiarán el consenso internacional de una sola China y no cambiarán la tendencia histórica de que Taiwán inevitablemente regresará a la patria”, dijo Wang Yi, quien advirtió: “Los que juegan con fuego no tendrán un buen final, y los que ofenden a China serán castigados”.

Incursiones de aviones chinos

Advertencias que se materializaron poco después de que Pelosi concluyera su visita a Taiwán. Veintisiete aviones de combate chinos volaron este miércoles a la zona de defensa aérea de la isla, denunció el Ministerio de Defensa taiwanés en un tuit. De acuerdo al comunicado, en la incursión participaron seis aviones J-11, cinco J-16 y 16 Sukhoi SU-30.

La incursión se produce en medio de enormes ejercicios de guerra chinos que se llevarán a cabo hasta el domingo, que rodearán la isla en un bloqueo efectivo y cruzarán las aguas territoriales de Taiwán, indicó el diario Daily Mail. Estos ejercicios militares constituyen “una medida necesaria y legítima para responder a las graves provocaciones de algunos políticos estadounidenses y de los independentistas taiwaneses”, aseguró Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.

Al respecto, el Ministerio de Defensa del gigante asiático prometió “acciones militares selectivas”, con una serie de maniobras militares en torno a la isla que empezarán el jueves, entre ellas “el disparo de municiones reales de largo alcance” en el estrecho de Taiwán, que separa la isla de China continental. En ciertos puntos, la zona de operaciones chinas se acercará a menos de 20 kilómetros de la costa de Taiwán, según las coordenadas compartidas por el Ejército chino.

Los ejercicios militares son una “disuasión severa” contra Estados Unidos sobre Taiwán y una “advertencia seria” para los partidarios de la independencia de Taiwán, dijo en un comunicado el coronel superior Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro del Este del Ejército Popular de Liberación (EPL), según informó el diario chino Global Times.

“Frente a las crecientes y deliberadas amenazas militares, Taiwán no retrocederá (...). Mantendremos la línea de defensa de la democracia”, respondió la Presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen. En tanto, su Ministerio de Defensa dijo que los ejercicios violan las aguas territoriales de la isla y denunció “una acción irracional que desafía el orden internacional”.

Pese a ello, los generales de Taipei salieron al paso de las amenazas de Beijing, diciendo que no están buscando una pelea con China, pero que “no rehuirán una” tampoco. “Estamos resueltos a defender nuestra soberanía, libertad y democracia”, afirmaron en un comunicado publicado junto a un video de aviones de combate, submarinos, helicópteros de ataque y buques de guerra en maniobras.

“No tememos amenazas ni desafíos. No estamos ansiosos por una pelea, ni nos asustaremos de una. Tenemos la capacidad y la voluntad de defender nuestra preciada libertad y democracia, y mantener la estabilidad de nuestra región”, agregaron los generales taiwaneses.

Con todo, Taipei denunció que los simulacros chinos violaron las reglas de las Naciones Unidas, invadieron su espacio territorial y equivalieron a un bloqueo de su aire y mar. En ese sentido, Mark Williams, economista jefe para Asia de Capital Economics, advirtió que Beijing podría imponer un bloqueo al tráfico aéreo y marítimo de Taiwán si las tensiones a través del estrecho aumentan, una medida que podría provocar grandes interrupciones en el suministro de energía de la isla y potencialmente detener la actividad de sus fábricas.

El negocio de los chips

Las autoridades de comercio y aduanas de China dijeron el miércoles que habían detenido las exportaciones de arena, un material clave utilizado en la construcción, y las importaciones de cítricos taiwaneses y algunos tipos de pescado. Las medidas comerciales siguen a un aviso de la agencia de aduanas de China el lunes de que había incluido en la lista negra a más de 100 marcas de alimentos taiwaneses por no renovar su registro de exportación.

Aún así, Taiwán es casi autosuficiente en productos básicos clave como el arroz, la carne de cerdo y las verduras, dijo Williams, citado por el diario The Wall Street Journal. El eslabón débil de la isla es su dependencia de las importaciones de energía, escribió el economista en una nota a los clientes el martes, y China podría paralizar la fabricación taiwanesa al apuntar a las terminales de gas natural licuado de la isla o al restringir las importaciones de combustible.

Solo el 12% de la energía de Taiwán se produce internamente y la isla depende en gran medida del gas natural licuado importado para generar energía. El año pasado, alrededor de un tercio de la electricidad de Taiwán se generó a partir de gas, que se importó de países como Qatar, Australia, Estados Unidos y Rusia. Una interrupción de tales exportaciones podría terminar en una gran caída de la capacidad de generación de energía en cuestión de días y paralizar gran parte de la fabricación de la isla, apuntó Williams.

Si bien las reservas de petróleo de Taiwán serán suficientes para durar 138 días, la isla es menos resistente en lo que respecta a la electricidad, escribió el economista, citando datos del Ministerio de Asuntos Económicos de Taiwán. Los importadores de gas natural actualmente deben mantener una reserva de suministro de solo ocho días, lo que los hace vulnerables a cualquier posible acción china, indicó.

La isla alberga a Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., también conocida como TSMC, que produce el 92% de los chips más avanzados del mundo. La perspectiva de un bloqueo chino y más tensiones entre China y Taiwán también podrían desencadenar compras de pánico global y acumulación de chips, agregó Williams.

Un hombre ve una transmisión de noticias sobre operaciones militares conjuntas cerca de Taiwán por parte del Comando de Teatro del Este del Ejército Popular de Liberación de China, en un centro comercial en Beijing, China. Foto: Reuters

Sin embargo, The Associated Press destacó que China ha evitado interrumpir una de las relaciones tecnológicas y de fabricación más importantes del mundo. Las dos partes, que se separaron en 1949 después de una guerra civil, no tienen relaciones oficiales, pero sí vínculos comerciales multimillonarios, especialmente en el flujo de chips de procesadores fabricados en Taiwán, que necesitan las fábricas chinas que ensamblan los teléfonos inteligentes y otros productos electrónicos del mundo.

China es el mayor socio comercial de Taiwán. El comercio bidireccional se disparó un 26% el año pasado a US$ 328.300 millones. Taiwán, que controla la mitad de la capacidad mundial de producción de chips y tiene una tecnología que el continente no puede igualar, dijo que las ventas a las fábricas chinas aumentaron un 24,4% a US$ 104.300 millones.

“La economía global no puede funcionar sin chips fabricados en Taiwán o China”, dijo Carl B. Weinberg de High-Frequency Economics en un informe.

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