Los otros presidentes de Chile que han muerto de forma trágica y repentina

Los otros presidentes de Chile que han muerto de forma trágica y repentina

Enfermedades incurables en sus épocas, viajes fatigosos, resfríos fatales, son algunas de las afecciones que le han cobrado la vida a presidentes del país en distintos momentos de la historia republicana. Acá, una mirada a algunos de los casos más emblemáticos.


La historia registra algunos casos de presidentes de Chile muertos en trágicas circunstancias. En su mayoría, por enfermedades letales en sus respectivas épocas. Acá una revisión a esas historias.

Pedro Montt - 1910

Hijo a su vez de un expresidente (Manuel Montt Torres), Pedro Montt Montt había asumido la presidencia en 1906. Sería quien iba a presidir las celebraciones del primer centenario de la república, pero a sus 61 años padecía los síntomas de la arteriosclerosis y arritmia cardíaca. Por ello, decidió embarcarse hacia Alemania para buscar un mejor tratamiento, dejando en el país al vicepresidente, Elías Fernández Albano.

Montt tuvo que cruzar una larga y extensa travesía antes de llegar a Europa. Desde Valparaíso navegó hacia Panamá, donde tomó un barco a Nueva York. Desde ahí, se embarcó hacia Alemania, donde arribó el 16 de agosto. Esa misma noche, fue encontrado muerto en su baño por su secretario privado. Se dijo que la causa fue un infarto cardíaco, otras versiones hablan de un derrame cerebral.

“En los momentos mismos en que cerrábamos el último pliego de nuestra revista, llega al país, hiriéndolo en pleno corazón, la noticia del fallecimiento del Excmo. Presidente de la República Sr. D Pedro Montt, acaecido, según los cables, en la ciudad de Bremen, de manera casi súbita, y a consecuencia de la misma afección cardíaca que obligara al ilustre mandatario a resignar temporalmente sus altas funciones”, informó la revista Sucesos.

Elías Fernández Albano - 1910

Con Pedro Montt muerto, y con las celebraciones del Centenario ya en preparación -la prensa de la época comenzaba a informar de la llegada de las delegaciones de invitados internacionales-, fue Elías Fernández Albano quien encabezó el gobierno como vicepresidente de la República. En esa condición asistió a la misa fúnebre por Montt, el 25 de agosto de ese año en la Catedral metropolitana. Pero fue fatal. Se cuenta que en esa ocasión se contagió de un resfrío. Sorpresivamente, murió el 6 de septiembre.

“Aún no habían pasado más que quince días, desde la muerte del Excmo. Presidente Montt, ocurrida en tierra extraña y en temporal retiro de sus funciones, cuando ha caído en pleno ejercicio de su altísimo cargo, el subrogante constitucional de Presidente titular D. Elías Fernández Albano, Ministro del Interior y vicepresidente de la República”, informó la revista Sucesos. Fernández era abogado, y había ejercido como ministro para otros gobiernos; fue titular de Hacienda y Guerra y marina para Federico Errázuriz Echaurren, así como vicepresidente para Germán Riesco.

Finalmente, fue el Ministro de Justicia e Instrucción pública, Emiliano Larraín, quien asumió la Vicepresidencia de la República y encabezó las celebraciones del Centenario. El mismo Larraín fue presidente de Chile, entre diciembre de 1925 y abril de 1927. Luego fue embajador en Perú y falleció el 16 de mayo de 1931, a consecuencia de un accidente automovilístico, junto al doctor Manuel Torres Booner.

El vicepresidente Elías Fernández Albano

Pedro Aguirre Cerda - 1941

Un caluroso día de primavera, el martes 25 de noviembre de 1941, a las 13.07 de la tarde, Pedro Aguirre Cerda pudo al fin descansar de la batalla que venía librando contra una dura enfermedad, muy extendida en la época, que en la práctica implicaba una sentencia de muerte: la tuberculosis. Atrás quedaban los violentos ahogos provocados por la tos y los dolores en el pecho. A los pocos minutos, las radioemisoras comenzaron a difundir la noticia.

El Presidente de la República había fallecido en La Moneda a los 62 años. Por entonces, el palacio aún hacía las veces de residencia para los gobernantes chilenos.

Portada del diario La Nación, 26 de noviembre de 1941.

En una carta posterior a la poeta Gabriela Mistral, quien tenía una amistad con el matrimonio, la primera dama Juana Aguirre Luco detalló los últimos días del Jefe de Estado. “Teníamos decidido un viaje a Temuco, a una exposición agrícola que se efectuaba allá. El día antes amaneció con un poco de temperatura, se trataba de una gripe, a los ocho días se declaró una bronconeumonía infecciosa y todos los recursos de la ciencia fueron inútiles, a los veinte y cinco días de cama se fue, afortunadamente sin sufrimiento físico”.

La misma “Misiá Juanita” se explayó sobre esos días en otra carta a Mistral fechada en 1942, disponible en el archivo del escritor. “La enfermedad de Pedro fue una cosa tan rápida, tan sorpresiva, se puede decir traicionera. Yo lo veía trabajar demasiado, tener una vida muy encerrada y casi sin ninguna distracción, esto me preocupaba e hice todo lo que pude por que cambiara sistema de vida, pero todo fue inútil, no se dejaba tiempo para eso, siempre cargado de preocupaciones y recibiendo a diario desengaños y malos ratos”-

Juan Antonio Ríos - 1946

Como un sino trágico, el sucesor de Aguirre Cerda, el también radical Juan Antonio Ríos, también falleció en plena presidencia por una enfermedad. Todo comenzó a partir de una intervención en que se sometió en 1944, en que se le descubrió un cáncer. De allí su salud siguió un vaivén de mejoras y recaídas.

Su condición empeoró a finales de 1945, tras llegar de una larga gira internacional, en que pudo reunirse con el presidente de EE.UU., Harry Truman, para concretar la invitación que previamente le había cursado Franklin D. Roosvelt.

Al regreso al país, Ríos decidió que ya no estaba en condiciones para seguir al mando de la nación. En enero de 1946, delegó el poder en el Vicepresidente, Alfredo Duhalde, y se retiró a su hogar en Villa Paidahue, La Reina. Allí falleció el 27 de junio de 1946. Tenía 57 años.

El presidente Juan Antonio Ríos

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