La Memoria Infinita: la hora decisiva para Maite Alberdi en la lucha por el Oscar

La Memoria Infinita: la hora decisiva para Maite Alberdi en la lucha por el Oscar. Foto: MTV Documentary Films

Nominada por segunda vez a los Premios de la Academia, la directora nacional enfrenta semanas cruciales en la campaña para intentar obtener la estatuilla dorada. Una carrera en la que trabaja junto a su equipo chileno y sus aliados en EE.UU. “Esta película se sostiene por sí sola, habla por sí misma y, cuando la gente la ve, tiene una experiencia”, plantea a Culto la productora ejecutiva Julie Goldman.


Era la primera hora de la mañana y aún no se asomaban los primeros rayos de sol en Park City (Utah). Esta vez la directora Maite Alberdi no estaba acompañada por la actriz Paulina Urrutia ni por su equipo chileno, sino que por Julie Goldman y Christopher Clements, realizadores estadounidenses que se han desempeñado como productores ejecutivos de sus dos largometrajes más recientes: El agente topo (2020) y La memoria infinita (2023).

Todos se estaban alojando en el mismo complejo –mientras participaban en el último Festival de Sundance–, por lo que cuando se acercaron las 6 de la mañana se reunieron a esperar el anuncio de las nominaciones a los Premios Oscar. Era el momento en que conocería si su alabado filme sobre Augusto Góngora y Urrutia, parte de la preselección de 15 cintas aún en competencia, lograría un espacio en la quina final, emulando lo que consiguió la película sobre Sergio Chamy hace tres años.

En los días previos a la revelación de los candidatos, los pronósticos de los medios norteamericanos estaban divididos entre quienes apostaban por su inclusión en el listado y entre quienes estimaban que otros títulos tenían mejores chances.

“Cada día que pasaba parecía que una película diferente sería nominada. Era un grupo de filmes muy robusto. Todo el mundo decía: está muy abierto, es poco usual, no sabemos quién lo logrará”, indica Goldman sobre las conversaciones que mantuvieron con distintos miembros de la industria. “Era una lista bastante sólida, por lo que nos sentíamos bien con estar entre las 15″, apunta Clements a Culto.

Llegado el día del anuncio, el pasado 23 de enero, el actor Jack Quaid fue el encargado de leer a los cinco candidatos a Mejor documental: primero pronunció Bobi Wine: The people’s president, largometraje sobre la carrera presidencial del cantante ugandés Bobi Wine. Luego, siguiendo el orden alfabético, mencionó a La memoria infinita, The eternal memory en inglés.

“Anunciaron a The eternal y hubo muchos gritos. Pensamos que tal vez llamarían a la policía, porque eran las 6:30 de la mañana y había una enorme cantidad de gritos”, recuerda una sonriente Julie Goldman. “No lo esperábamos, pero fue una maravillosa sorpresa. Una sorpresa que esperábamos se pudiera dar. Pero fue maravilloso”, agrega su compañero al frente de la productora Motto Pictures.

Foto: MTV Documentary Films

Tras envolverse en abrazos y saludos, la realizadora nacional hizo una petición particular a quienes la acompañaban: abrir la champaña como lo hace Góngora en la cinta, agitando la botella antes de descorcharla.

Según la perspectiva de la productora estadounidense, “Maite es una persona única en el mundo y en nuestro mundo. A partir de las historias y de la confianza que genera con las personas con las que trabaja, ella es capaz de crear algo que trasciende fronteras. Es simplemente universal”.

De Sundance a Los Angeles

Recibir la noticia de su segunda nominación a los Oscar en el Festival de Sundance tuvo un sabor especial para la cineasta de La once (2014). Fue allí donde hace un año se produjo el estreno mundial de La memoria infinita, proyectándose por primera vez la historia de amor entre el periodista y la exministra de Cultura luego de años de silencioso trabajo.

“Pudimos observar que la gente estaba increíblemente conmovida, sollozaban”, cuenta Goldman sobre ese primer encuentro con el público norteamericano. “Las personas se llevan la mano al corazón cuando hablan de este filme. Se agarran el pecho de una manera en que parecen sentirlo. Puedes sentir esa conexión con la película de una manera visceral”.

Alberdi cuenta que en esa edición del certamen advirtió que era posible iniciar una nueva carrera para los Premios de la Academia. Luego de alcanzar una favorable respuesta de la crítica, fue galardonada con el Gran Premio del Jurado en el apartado de los documentales y se anunció que, tras concitar el interés de varias compañías internacionales, MTV Documentary Films había adquirido sus derechos de distribución en todo el mundo.

Foto: Julie Goldman

“Claramente ganar Sundance te da visibilidad en Estados Unidos, pero si no tienes un estudio atrás, no vas a llegar, por mucho que hayas ganado. Fueron las dos cosas al mismo tiempo”, sostiene. “Cuando vendimos la película pedimos explícitamente que tuviera una campaña asociada. Queríamos a un streaming que se la jugara por la película. A diferencia de otras plataformas este año –y estoy muy feliz de haber tomado esa decisión–, la gracia de MTV es que esta fue la única película que compraron, la única que defendieron y en la que invirtieron durante 12 meses”.

Un año después, Sundance le volvió a entregar un espaldarazo a la trayectoria de la cineasta chilena. La organización decidió concederle el Premio Vanguard, que distingue a realizadores destacados de la industria. Lo recibió en la misma ceremonia en que fueron galardonados Christopher Nolan y Celine Song, y la encargada de presentarla fue Jodie Foster. Todos nombres, por cierto, nominados a esta versión de los Oscar.

Alberdi reservó una parte de su discurso a sus aliados estadounidenses. “Caminando por estas montañas conocí a los productores Julie Goldman y Chris Clements, de Motto Pictures, que me cambiaron la vida. Gracias a los dos”, expresó aludiendo a la edición del evento en que ella participó mientras preparaba Los niños (2016) y ellos alistaban Life, animated (2016).

Ahora dice a este medio: “Fue lindo, porque lo que uno espera de un productor es tener afinidades en lo artístico y en la ética de trabajo. Sin duda ellos fueron las personas que me abrieron las puertas del mercado norteamericano, que siempre es muy difícil. Yo ya tenía un nombre en Europa, pero Estados Unidos era una barrera. Faltaba ese mundo. Con El agente topo entramos ahí porque entraron ellos, que son muy importantes y reconocidos en el mundo documental”. Y subraya: “En estas dos nominaciones han sido muy determinantes en ese mundo de votantes”.

Foto: Christopher Clements

Responsables de otros largometrajes candidatos a Mejor documental en los Oscar (Life, animated, Abacus: Small enough to jail) y de títulos tan elogiados como One child nation (2019) y The Velvet Underground (2021), Goldman y Clements conocen en detalle la rama de documentalistas de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Ese grupo, compuesto por cerca de 800 personas, es el responsable de escoger la preselección inicial de 15 películas y de luego seleccionar a las cinco nominadas. Ahora, para escoger a la ganadora, la votación se amplía a todos los integrantes de la institución, una membresía que componen alrededor de 13 mil personas.

Los productores estadounidenses admiten que se asombraron cuando la Academia de Cine de Chile no se inclinó por La memoria infinita como la representante nacional para los Premios Oscar, un respaldo que la hubiera puesto en competencia por la estatuilla dorada a Mejor película internacional. Los miembros de la organización prefirieron a Los colonos, mientras que el largometraje de Alberdi quedó en segundo lugar y El Conde ocupó la tercera posición. Eso explica por qué la realizadora no pudo igualar lo que consiguió con El agente topo, que llegó a la “lista corta” en la categoría de películas extranjeras y obtuvo la nominación a Mejor documental.

“¿Nos sorprendió? Sí. ¿Conocemos la política y los detalles? No. Ya tenemos suficiente con nuestra propia política de votación en la Academia con la que obsesionarnos”, plantea Goldman, junto con manifestar que no sabe cómo habría repercutido el apoyo de Chile en sus aspiraciones en Mejor documental, un apartado en el que no es requisito contar con el respaldo del país de origen. “Es un gran signo de interrogación saber si, en caso de haber sido seleccionada para Mejor película internacional, hubieran mejorado sus posibilidades”.

Por otro lado, la productora se detiene en una desventaja que causó que no hubiera sido ungida como la carta local: muchos de los integrantes de la rama de Mejor película internacional aún no la han visto, por lo que el universo al que tienen que llegar en las semanas que vienen es más amplio.

Foto: MTV Documentary Films

Alberdi coincide en ese punto, deteniéndose en que dos documentales con los que comparte categoría fueron escogidos por sus países (20 Days in Mariupol, por Ucrania; Four daughters, por Túnez). “Ahora podríamos estar mucho mejor posicionados”, sugiere. “En Chile siento que aún cuesta mucho comprender que esto es una industria y que tiene parámetros muy distintos a lo que podemos entender por una campaña de una película para los Oscar”.

En ese sentido, considera que MTV Documentary Films se ha vuelto fundamental en las aspiraciones de la cinta. “Estoy muy agradecida de que un estudio gringo quisiera invertir en una película chilena, hablada en español, y hacer esta megacampaña. Eso es muy excepcional. Un documental no puede llegar solo”.

En Motto Pictures también reconocen esa labor, aunque son categóricos respecto a las posibilidades de La memoria infinita. “Este filme se sostiene por sí solo, habla por sí mismo y, cuando la gente lo ve, tiene una experiencia. Confiamos en eso. Confiamos plenamente en la película”, afirma Julie Goldman.

Una carrera más silenciosa

Antes de alcanzar la candidatura a los Oscar, La memoria infinita realizó una serie de eventos para conquistar a los votantes: proyecciones, desayunos, almuerzos, conversatorios y diferentes instancias que contribuyeran a otorgarle mayor visibilidad. La actriz Kristen Stewart compartió una conversación con Pablo Larraín, productor ejecutivo de la película, en Los Angeles. En tanto, el director de fotografía Edward Lachman (nominado por El Conde) protagonizó una instancia similar en Nueva York, y en España Paulina Urrutia hizo lo propio con el cantautor Ismael Serrano.

Eso sí, la actual fase de la carrera por el galardón es más estricta que la anterior y demanda quizás un trabajo más minucioso. “En esta etapa ya no podemos hacer funciones de campaña con anfitriones que no estén nominados, algo que sí se podía hacer durante el resto del año. En los conversatorios sólo pueden participar los nominados, y los moderadores no pueden ser parte de la Academia. A nivel de industria internacional, no hay grises, las reglas son mucho más precisas que en campañas que por ejemplo tenemos internamente en Chile”, explica Rocío Jadue, productora ejecutiva del filme a través de Fábula, que coprodujo la cinta junto a Micromundo.

Rocío Jadue y Maite Alberdi. Foto: Jim Bennett/Getty Images

“En estas semanas seguiremos haciendo funciones, conversatorios, asistiendo a eventos para conversar con académicos, y al mismo tiempo activamos todas nuestras redes, no sólo en EE.UU. –donde está la mayor cantidad de votantes–, sino que en otros países claves como México, que para Fábula es nuestro segundo hogar, y también en mercados como Francia y Alemania, donde nuestras redes nos ayudan a llegar a la mayor cantidad de votantes. Es un trabajo de hormiga y con mucha gente trabajando detrás, no solo las caras visibles de la campaña”, añade Jadue.

Ese complejo armado implica que Alberdi deba viajar permanentemente entre diferentes países antes de la apertura del período de votaciones, entre el 22 y 27 de febrero. “Es un avión cada noche, un día por ciudad”, dice sobre lo que le espera durante la semana que viene. Una de sus paradas es España, donde participará en la ceremonia de los Goya, gracias a su nominación a Mejor película iberoamericana. Tras dos candidaturas previas, en esta ocasión parece tener buenas posibilidades de triunfar.

“Hay películas potentes, así que yo no doy nada por seguro”, señala. Y agrega: “Si nos ganáramos el Goya, sería muy lindo que influyera en el Oscar, pero no es así. Son cosas que acá se ven relacionadas, pero que en esos mundos están más aisladas”.

Gane o no la estatuilla el domingo 10 de marzo en el Dolby Theatre de Los Angeles, la autora de El salvavidas (2011) es dueña de una sólida trayectoria que continúa en ascenso y en la que maneja varios proyectos en diferentes etapas. Como publicó Culto en octubre pasado, la directora filmó a mediados de 2023 su primer largometraje de ficción, La homicida, con el respaldo de Netflix y Fábula.

Foto: MTV Documentary Films

Por su parte, Julie Goldman y Christopher Clements adelantan que están colaborando en una nueva idea junto a la cineasta. “Desde hace años hemos estado trabajando en algo a lo que no habíamos podido tener acceso debido al Covid. Pero el lugar donde lo haríamos se abrió. Siempre queremos trabajar con Maite”, asegura Goldman.

“La gracia es que ya no sólo piensas en lo local, sino que piensas historias en todas partes. Eso es un regalo del Oscar y de los premios”, concluye Alberdi.

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