Crítica de discos/singles de Marcelo Contreras: Taylor Swift, Marcianeke y The Killers tienen algo que decir

Las novedades discográficas de la semana apuntan en direcciones tan disímiles como The Killers mirando su carrera en retrospectiva, Taylor Swift refaccionando su obra fundamental y Marcianeke intentando musicalizar el verano.


*The Killers - Rebel diamonds

A diez años del primer grandes éxitos Direct hits, The Killers repasa nuevamente su trayectoria. Aquel recopilatorio se suscribió a los primeros cuatro títulos; acá se suman los tres siguientes, más algunos cortes del octavo álbum que, según los anuncios en agosto pasado del carismático Brandon Flowers, fue descartado definitivamente, con la banda insatisfecha ante los resultados.

La selección se rinde ante lo evidente: el material más atractivo de The Killers radica en el espectacular disco debut Hot fuss (2004), cuando parecían una versión emotiva de Duran Duran de sólida base rítmica, coronada por el encanto de Flowers. Los singles Mr. Brightside, All these things that I’ve done y Somebody told me, además de Jenny was a friend of mine, son emblemáticas de ese primer paso insuperable. Los siguientes títulos fueron descendiendo gradualmente en frescura y sorpresa, a pesar de hits incuestionables como When you were young, Read my mind y Human. Las canciones del disco que no convenció a The Killers -Boy, Your side of town y Spirit- son prueba de desorientación creativa del conjunto, que desde hace años funciona con la alineación incompleta, ya sea por ausencia del bajista Mark Stoermer, o el guitarrista Dave Keuning.

*Taylor Swift - 1989 (Taylor ‘s version)

John Lennon decía que le habría encantado regrabar los discos de los Beatles, descontento con una serie de detalles. Los azares de la industria y los negocios brindaron esa oportunidad a la actual reina del pop, que desde abril de 2021 ha publicado nuevas versiones de los álbumes Fearless (2008), Speak now (2010), Red (2012), hasta llegar a 1989 (2014). Aunque en el caso de Taylor Swift la motivación tiene que ver con sus derechos autorales, la estrella se ha dedicado a pulir y angular los originales de manera ligeramente distinta. Es materia de debate cuál es el mejor álbum de su trayectoria, pero cualquier conteo debe barajar seriamente a 1989. Existe un antes y un después de este trabajo en la vida artística de Swift; la obra que la encaminó definitivamente como una estrella pop de dimensión planetaria mediante cortes de ultra adherencia como Blank space, Style, Out of the woods y All you had to do was stay, entre varias.

Esta nueva lectura resulta menos efervescente; a cambio, la experiencia de la década transcurrida hasta la regrabación se deja sentir con clase. La edición de 22 temas -nueve más que el original- revela también el impacto del productor Jack Antonoff en su cancionero, convertido desde entonces en su principal socio creativo.

*Marcianeke - Wirinikini

Con 21 años, Marcianeke ha participado nada menos que en 89 singles desde 2018 y, sin embargo, aún no cuenta con un disco oficial; una demostración sobre la pérdida de relevancia del formato álbum entre los artistas y las audiencias juveniles, proclives a los sencillos y las colaboraciones por imposición de la industria. Curiosamente, lo que Marcianeke pretende con esta canción junto a El Bai, su compañero en una docena de cortes en los últimos años, es revivir una vieja tradición del siglo XX -el venerable hit del verano-, otrora todo un género en países como España.

Wirinikini, una palabra inventada en su entorno, “es algo así como decir ‘hueá’ -explica Marcianeke en un comunicado-, pero sobre algo rico y deseable”. Promocionada como una mezcla de “mambo y salsa”, efectivamente intenta saborizar el patrón repetitivo y elemental del reggaetón con percusiones y vientos, en un guiño a los colores que trajo a la escena urbana la irrupción de los corridos tumbados. La voz de Marcianeke ofrece matices respecto de su característico timbre aguardentoso, mientras la letra sigue fiel a sus motivaciones y preocupaciones reconocidas, entre marcas, carrete y la envidia de sus pares. El título es tan absurdo como pegajoso.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.