Isla Friendship: nuevas miradas en torno a una obsesión

Este 2 de noviembre se estrena en salas Isla Alien, un elogiado documental chileno que reúne las voces de ufólogos, radioaficionados y personas que aseguran haber sido contactadas por seres superiores. Diseñado con la estética del cine de ciencia ficción de los años 50, el filme de Cristóbal Valenzuela Berríos disecciona un mito de cuatro décadas. En paralelo, se prepara una película y una serie inspiradas en la misma historia.


Durante los 80 y buena parte de los 90, el asunto interesó únicamente a un apasionado grupo de ufólogos y radioaficionados. Fue el programa Ovni (TVN), en 1999, el responsable de popularizar el mito en toda la sociedad chilena. El espacio conducido por Patricio Bañados concluyó su primera temporada con un capítulo dedicado a Isla Friendship, la porción de tierra que supuestamente se encontraría en la Región de Aysén y estaría habitada por seres superiores. Su emisión causó tal revuelo que durante el segundo ciclo se realizó otro episodio sobre el mismo tema.

“Yo era adolescente cuando los vi. Esos dos capítulos para mí fueron impactantes”, indica el cineasta nacional Cristóbal Valenzuela Berríos (1982). Ahora como adulto, volvió a visitar ese trabajo televisivo mientras desarrollaba una investigación para crear un documental y ratificó su influencia. “Ovni fue importante porque fijó a los personajes principales y los hitos de la historia. Le dio una narrativa, que antes era más dispersa. Desde ahí para adelante, el caso Friendship empezó a tener vida propia”.

Ernesto de la Fuente en Isla alien.

Debido a la relevancia del programa, Valenzuela entrevistó a Bañados para Isla alien, su documental sobre aquel mito que se ha extendido durante cuatro décadas. En el filme –que llegará a cines locales el próximo 2 de noviembre– reúne a algunas de las voces que protagonizaron el caso en los 80, personas que habrían mantenido comunicación a través de radio con unos misteriosos seres que afirmaban vivir en un punto del mapa llamado Isla Friendship y tener conexiones con una raza extraterrestre. También congrega a diferentes expertos en ufología que han destinado parte importante de sus carreras a intentar despejar el misterio. Según Valenzuela, “si bien trata sobre ovnis, hubo dos preguntas clave que me fueron orientando: ¿Por qué alguien cree algo así? ¿Por qué alguien crea algo así?”.

Siguiendo ese propósito, el director viajó a Freirina para entrevistar a Ernesto de la Fuente, el hombre que aseguraba haberse sanado de un cáncer terminal tras supuestamente haber sido invitado a la isla por los habitantes de ella. Un relato que planteó en Ovni y conservó intacto hasta sus últimos días (falleció a fines de 2019).

“Partimos en lo ufológico y terminamos en la cabeza de este personaje. La biografía de Ernesto de la Fuente es casi más fascinante que la historia de Isla Friendship. Un personaje con múltiples capas donde se cruzan completamente la ficción con la realidad”, sintetiza Valenzuela sobre una figura que trabajó como sonidista en televisión y cine (incluidas películas de Raúl Ruiz) y participó en producciones propagandísticas de Estados Unidos durante la Guerra Fría.

“Me consta que era pinochetista”, dice Bañados en Isla alien. Su declaración permite introducir una de las aristas más reveladoras del documental: el papel de la dictadura militar, donde De la Fuente –según consta en el Informe Rettig– tuvo responsabilidad en el asesinato y desaparición de civiles. “Me llamó mucho la atención que se hubiera ignorado esa información, pese a que hay investigadores que llevan 25 o 30 años detrás del caso”, sostiene el director.

Isla alien tuvo su primera exhibición en el país en agosto, en la 19° versión de Sanfic. Finalizada la película, se generó un acalorado diálogo entre asistentes, entre quienes creen en el mito de Isla Friendship y otros que descartan su existencia. Varios de ellos aparecen entrevistados en el filme.

“Nosotros apenas pudimos hablar. Terminó la función y ellos siguieron discutiendo afuera de la sala. Y desde entonces, no han parado de discutir en redes sociales. Está muy tenso el ambiente a nivel ufológico a raíz del documental, aunque muchos de ellos ni siquiera lo han visto. Pero eso habla de que el mito está completamente vivo”, expresa.

Su anterior largometraje fue Robar a Rodin (2017), un documental sobre el hurto de una escultura del artista francés del Museo Nacional de Bellas Artes en 2005, donde las arregló para homenajear al cine negro y preguntarse sobre el estado del arte.

“La historia era divertida, pero todos los textos que salieron eran en torno al arte. Espero que con Isla alien pase algo similar, que no nos quedemos sólo con los ovnis, sino que veamos más allá. Expandir la reflexión para cuestionar la forma en que creemos las cosas y lo manipulables que somos”.

Antes de hablar con Ernesto de la Fuente, Cristóbal Valenzuela Berríos le planteó su interés en realizar la entrevista a David Albala. Estaba al tanto de que el director de Pacto de fuga (2020) es dueño de la marca Isla Friendship en Chile, México y Estados Unidos, desde que en 2011 advirtió que ese misterio podía dar pie a una producción audiovisual. El realizador también posee la cesión de derechos de los libros de De la Fuente y Octavio Ortiz –otro de los contactados–, obras en las que se sostiene un proyecto que sigue desarrollando.

La isla. Foto: Rio Estudios

“A partir de la experiencia de ellos, hemos estructurado una película y/o una serie de suspenso y misterio. Esa es la base, pero también hay mucha ficción. Hoy estamos en conversaciones con un productor internacional; es exportable, porque es una historia que se puede entender transversalmente, aunque no conozcas Chile”, cuenta Albala sobre una ficción que transcurriría entre el presente y los años 80.

El productor y actor Pablo Díaz también alista una serie basada en el mito. Conocido como La isla (y ganador del Fondo CNTV en 2022), es un thriller que coquetea con la ciencia ficción, se ambienta a comienzos de los 90 y se centra en la desaparición de una joven arqueóloga de nacionalidad española, hija de un periodista vasco detractor de ETA. A cargo de su caso es nombrada una policía que oculta que sufre un cáncer (Daniela Ramírez).

“A poco andar se dan cuenta de que en realidad no se trataría de un secuestro político, porque empiezan a ocurrir algunas situaciones sobrenaturales”, indica el realizador. “Nos inspiramos profundamente en la historia, pero a partir de eso tomamos un camino creativo completamente original”. Según revela, el rodaje se desarrollaría durante 2024.

Sigue leyendo en Culto

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.