“Soy pesimista, pero no infeliz”: Cormac McCarthy, la pluma del lado más oscuro de Estados Unidos

Considerado uno de los mejores novelistas de su país, ganó el premio Pulitzer de ficción con La Carretera, además del Premio Nacional del Libro de Estados Unidos por Todos los Hermosos Caballos. No es País para Viejos es otra de sus cimas. Sus personajes retrataban un mundo aislado, resquebrajado y oscuro, quizás como retrato de su propio carácter: nunca dio muchas entrevistas y fue un outsider. Falleció a los 89 años.


Ha muerto el celebrado autor estadounidense Cormac McCarthy, quien contaba 89 años. La noticia fue confirmada en un comunicado de su sello editorial Penguin Random House, aunque no dio el motivo de su deceso.

McCarthy fue uno de los autores fundamentales de la literatura de los Estados Unidos. Entre sus clásicos más importantes están La carretera, No es país para viejos, y el último volumen que publicó, El pasajero / Stella Maris. De hecho, con La carretera fue galardonado con el premio Pulitzer de ficción y con Todos los hermosos caballos, llevó el Premio Nacional del Libro de Estados Unidos.

Su impacto es tal que hasta el mismísimo Stephen King salió a dedicarle unas palabras al respecto. “Cormac McCarthy, quizás el mejor novelista estadounidense de mi tiempo, ha fallecido a los 89 años. Estaba lleno de experiencia y creó un excelente obra. Lamento su fallecimiento”.

En su literatura, McCarthy desplegó un proyecto literario oscuro y denso. En sus libros, ha tocado temas como la violencia, la soledad, la naturaleza humana y el colapso de la moralidad en situaciones extremas. Sus novelas suelen estar ambientadas en entornos desolados y postapocalípticos, lo que refuerza el sentimiento de alienación, soledad, desesperación en sus personajes. Son personas visiblemente incómodas.

En una de las escasas entrevistas que concedió en vida -porque él, como sus personajes, también era un outsider- ahondó justamente en este punto.Soy pesimista, pero no infeliz. No me levanto por las mañanas y gimoteo. Creo que el mundo tiene problemas y que los tiempos que corren son difíciles. No me refiero solo al tema financiero, que estoy seguro preocupa a mucha gente que no puede pagar sus cuentas y tienen hijos que criar. Ahora mismo, son tiempos muy peligrosos para el mundo, no sabemos lo que va a pasar. Si alguien viniese de otro planeta y les enseñásemos una corta versión del siglo XX...Es de locos. No hay ninguna razón para pensar que las cosas van a mejorar y que todo acabará felizmente, eso me parece improbable”.

De hecho, comentó cómo veía él mismo su clásico La carretera, esa novela postapocalíptica donde narra el viaje de un padre y un hijo a través de lugares destruidos por un cataclismo. “Mucha gente piensa que La carretera es un libro muy deprimente, pero la verdad es que la historia trata sobre el amor entre el padre y el hijo. Creo que si el libro intenta reflejar algo es enseñar ese amor bajo las peores circunstancias. Si tú realmente quieres a alguien, si realmente quieres a tu hijo, no importa lo mal que vaya el mundo, te pegas a él, mueres por él, harías cualquier cosa por él. Eso no es tan malo ¿no? Esto habla bien de la naturaleza humana”.

Otras de sus novelas clave, son aquellas que conforman la llamada Trilogía de la frontera: Todos los hermosos caballos (1992), En la frontera (1994) y Ciudades de la llanura (1998). Como suele ocurrir con los autores de renombre, parte de sus novelas fueron llevadas al cine. Así ocurrió con la primera de la trilogía, en 2000, además de No es país para viejos, La Carretera, El consejero, La oscuridad exterior, e Hijo de Dios. En ellas, intervinieron nombres estelares de Hollywood, como Billy Bob Thornton, Tommy Lee Jones, Viggo Mortensen, Kodi Smit-McPhee, y Charlize Theron.

De hecho, la adaptación de No es país para viejos (2007), dirigida por los hermanos Joel e Ethan Coen, recibió 4 Premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor actor de reparto (Javier Bardem).

Pero a pesar de reconocimiento, McCarthy prefería siempre un papel más secundario, más discreto, a tono con la soledad de la lectura y la escritura. De hecho, estando en España para el rodaje de El consejero, dirigida por Ridley Scott, comentó: ”Había gente joven en la puerta esperando que les firmase un libro y para hacerse fotos conmigo. No estoy acostumbrado a eso”. Incluso comentó su impresión de la ceremonia de los Oscar donde No es país para viejos fue galardonada. “Estuve con él (Bardem) en los Oscar, cuando estuvo nominado al mejor actor secundario. Caminé por la alfombra roja con su madre. Fue extraño (risas)”.

Su nombre también es uno de los que siempre sonó para el Premio Nobel. Como una expresión de deseo de los fans que además postulan a nombres improbables como Haruki Murakami o Stephen King. Pero a McCarthy, eso no le quitaba el sueño.

No es un tema que me importe demasiado. Recibo muchas invitaciones para ir a recoger varios de estos premios, pero no estoy realmente interesado en ello. Tengo una caja llena de estas cosas en alguna parte pero no sé dónde está”.

La relevancia de McCarthy es tal, que el mismísimo crítico literario Harold Bloom lo ubicó junto a los grandes novelistas de Estados Unidos. “Si existe una tradición pragmática de lo sublime estadounidense, entonces las ficciones de Cormac McCarthy son su culminación. Las principales novelas tempranas de Moby-Dick y Faulkner son los principales precursores de McCarthy”, comentó en un ensayo de 2019.

Contando 73 años, aceptó su primera entrevista televisiva, nada menos que en el popular late show de Oprah Winfrey. Cuando la presentadora le consultó sobre su creencia en Dios, contestó: “Dependería del día que me preguntes. No creo que tengas que tener una gran idea de quién o qué es Dios para poder orar... puedes tener muchas dudas sobre todo el asunto”.

Cuando se le preguntó si le importaba que millones de personas ahora leyeran sus palabras, McCarthy dijo: “Con toda honestidad, tengo que decir que realmente no”.

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