My Heart Will Go On: la turbulenta trastienda del hit en el que Céline Dion nunca creyó

En 1997, en pleno ascenso de su carrera, la canadiense no estaba convencida de interpretar la canción de Titanic. Fue su difunto esposo, René Angélil, quien facilitó su participación en el tema creado por James Horner y Will Jennings, por el que ganaría el Grammy. “Cuando la grabé, no pensé en una película; no pensé en la radio. Pensé: ‘Canta la canción y luego lárgate de ahí’”, recordó en 2017 la artista que hoy cumple 55 años.


Ya era dueña de cuatro discos en inglés y había sumado a su colección múltiples reconocimientos. Era la flamante ganadora del Grammy a Álbum del año por Falling into you (1996) y, a mediados del año anterior, había protagonizado la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde impresionó con su interpretación de The power of the dream. Si aún no era la estrella anglo más grande de su generación, estaba encaminada a consolidarse como tal.

Pero, por alguna razón, Céline Dion (Quebec, 1968) no se entusiasmó cuando James Horner le enseñó por primera vez los acordes de My heart will go on.

Reunidos en Las Vegas, en el hotel Caesars Palace, Dion y su mánager y esposo, René Angélil, escuchaban atentos al compositor de películas como Juego de patriotas (1992) y Apolo 13 (1996), quien estaba sentado al piano tocando –y cantando– el tema que había escrito junto a Will Jennings.

Sin conversarlo previamente con James Cameron, el músico había creado una composición con letra para acompañar los créditos finales de Titanic, el blockbuster que debía estrenarse a fines de 1997 y que contaba una historia de amor en medio del naufragio ocurrido en 1912. Una cinta de proporciones gigantescas que, luego de enfrentar una producción compleja, pocos apostaban podía terminar siendo un éxito.

Decidí que lo único que podía culminar este filme era algo que (reuniera) todas las emociones”, señaló Horner a Billboard en 1998. “Necesitaba a un cantante de ópera más que a un cantante de pop para provocar todas las cualidades emocionales que quería. Para mí, la única persona que podía hacer eso era Céline”, agregó a la publicación, confirmando su devoción por un talento con quien había fallado en su intento de colaborar en la cinta animada Un cuento americano: Fievel va al Oeste (1991).

Dion, quien ya había tenido una experiencia en cine (interpretando la canción principal de La bella y la bestia), no estaba demasiado interesada, y fue Angélil (fallecido en 2016) quien se mostró proclive a cerrar un trato: su esposa grabaría un demo del tema, y en base a eso evaluarían su continuidad en el proyecto.

Cuando la grabé, no pensé en una película; no pensé en la radio. Pensé: ‘Canta la canción y luego lárgate de ahí’”, indicó la intérprete a propósito del 20° aniversario del hit.

La trastienda señala que la canadiense padecía dolores menstruales durante la grabación, lo que la llevó a servirse un café con azúcar, una bebida caliente que “nunca tomo en mis días de estudio porque acelera mi vibrato”, explicó en 2017. Llegado el momento de la ejecución, sólo fue necesaria una toma para satisfacer (y emocionar) a todos los presentes.

Walter Afanasieff, coproductor de la canción, compartió que tenía recuerdos diferentes, señalando que, cuando recibió el encargo de transformar el tema en un single para radios, lo único que había era “una pequeña demostración vocal de piano que Céline había hecho con Horner”.

Y agregó: “Epic Records me llamó y me dijo: ‘Bueno, haz lo que puedas’. Hice los arreglos y la produje. Céline hizo su voz conmigo”. Tommy Mottola, en esa época director de Sony Music Entertainment, planteó que “Walter embelleció y rehizo” la composición de Horner.

Por entonces, el compositor (fallecido en un accidente en 2015) estaba concentrado en poner al día a Cameron, quien, según el productor Jon Landau, “era escéptico con que una canción pop pudiera funcionar al final de este drama histórico muy dramático”. Acabando con los nervios del equipo, una función privada de Titanic –con My heart will go on ya incluida en el montaje– fue suficiente para que el cineasta de Mentiras verdaderas (1994) se alineara con la idea.

Aunque fue creada originalmente para el filme, la canción debutó en noviembre de 1997 como parte de Let’s talk about love, el quinto álbum en inglés de Dion. Un mes después la película se lanzaría en los cines de Estados Unidos, revelándose la manera en que la voz de Céline Dion marcaba el desenlace de la trágica historia de Rose (Kate Winslet) y Jack (Leonardo DiCaprio).

Y se desató el furor: My heart will go on se encumbró en los principales listados de la industria y en marzo de 1998 ganó el Oscar a Mejor canción original, uno de los 11 triunfos del largometraje en los Premios de la Academia. Más tarde, a comienzos de 1999, la versión presente en Let’s talk about love se impuso como Grabación del año y Mejor interpretación vocal pop femenina en los Grammy.

También se sucedieron las burlas: las parodias en Saturday Night Live y South Park, y un rechazo que se expandió con el paso de los años. Demostrando su capacidad para reírse de sí misma, en 2019 Dion la interpretó en una réplica de una proa del Titanic, como parte de su invitación a un capítulo del Carpool Karaoke conducido por James Corden. Poco atraída a sellar su participación en su origen, probablemente nunca se le había visto tan cómoda sacando brillo al mayor fenómeno de su trayectoria.

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