Canción para mañana: llegan las memorias de Los Bunkers

Ya está disponible el libro que detalla la historia de la banda penquista a partir de sus canciones más representativas. En charla con Culto, su autor, el guitarrista Mauricio Durán, detalla el proceso, el apoyo del escritor Alejandro Zambra, la selección de las canciones que hicieron de eje y la decisión de abordar incluso los episodios más espinosos. “La idea era contar lo bueno y lo malo de estar en un grupo”, asegura.


Fue de esas ideas que comienzan en un punto, pero que luego toman rumbos insospechados. Ocurrió hacia el verano de 2020, una vez que Mauricio Durán (46), guitarrista de Los Bunkers, regresó a México tras los primeros shows de reunión del grupo, en el marco del estallido social, en Plaza Italia y la Universidad de Concepción. Impulsado por el reencuentro, el músico le dio vueltas a una inquietud. “En principio la idea era escribir solo sobre las canciones, después se fue ampliando -cuenta-. En febrero de 2020 escribí la historia de unas cuatro canciones del primer disco, luego me estanqué y después de un año lo retomé”.

Aquel fue el origen de Canción para mañana, el primer libro que recorre la historia musical de la banda penquista a partir de la historia de sus canciones más representativas (de hecho el título viene de uno de los sencillos del álbum La Culpa). Editado por Planeta, ya está disponible en las librerías y tiendas del rubro del país. Se trata de un trabajo que recorre la trayectoria del grupo, con sus momentos luminosos y de los otros, para el que Durán contó no solo con el aporte de sus compañeros, sino que de los datos proporcionados por personas cercanas al grupo.

Mauricio Durán, guitarrista de Los Bunkers y autor de Canción para mañana, nuevo libro sobre el grupo. Foto: Rubén Márquez.

Asimismo, fue clave la labor de un amigo de la banda; el escritor chileno radicado en México, Alejandro Zambra, quien realizó la edición y fue quien sugirió el diseño final del proyecto una vez que el músico se había estancado. “Cuando él leyó lo poco que llevaba me invitó a ver el libro de manera más amplia. Así el libro se transformó en algo como las memorias del grupo”, cuenta Durán.

Pronto comenzaron a trabajar casi al estilo de un taller literario, en que él entregaba avances los que eran revisados por el autor de Poeta Chileno. “Mi forma de ir escribiendo se fue amoldando porque él me señalaba donde estaban mis vicios, tanto así que él editó más en el principio que hacia el final del libro, porque tenía más claro qué era lo sustancial”. El escritor también fue clave para generar el vínculo con la casa editorial. “Mandó las páginas a las editoriales sin preguntarme -dice Durán-. Ahí apareció Juan Manuel Silva, de Planeta, que creyó en el libro apenas lo leyó”.

No es la primera vez que Mauricio Durán escribe sobre música. De su pluma salió un capítulo sobre el vínculo de Los Angeles Negros con México, para el libro colectivo Canciones de Lejos (2021), pero asegura que esta experiencia fue diferente. “Ahí reuní antecedentes, entrevisté a Germaín de la Fuente y a Mario Gutiérrez, era resumir una epopeya. Pero este libro tiene un tono diferente y tenía que tener una visión crítica del trabajo propio, no son procesos muy parecidos”.

Tengo tantas cosas que decir

En lo fundamental, el texto recorre la historia de la banda de manera cronológica a partir de algunas canciones claves de sus discos. El ejercicio permite conocer con mucho detalle los puntos de partida, las decisiones artísticas, las ideas tomadas como influencia (que denotan la melomanía del quinteto) y la creación de arreglos. Así se pueden conocer historias como la composición de Miño en el pequeño departamento que Mauricio compartía con su hermano Francis en la calle Villavicencio y los aportes sugeridos en la producción musical por Álvaro Henríquez, entre estos, enfatizar su carácter más acústico.

Sobre la selección de las canciones para el texto, Durán detalla que en el caso de los dos primeros discos, escogió temas puntuales, pero que desde La Culpa (2003) en adelante optó por concentrarse más bien en los elementos comunes. “En los primeros las canciones están muy individualizadas, pero de ahí en adelante, son grupos de canciones. En el caso de La Culpa, compartían un sentido estético, en Vida de Perros también un contenido lírico, en Barrio Estación hay un todo que se va dibujando”, explica.

los bunkers

Pese a tener a la mano varios ejemplos de biografías musicales, Durán cuenta que optó por no seguir ningún modelo. “Desde el principio yo quería que el hilo conductor de este libro fueran las canciones de Los Bunkers, porque yo al menos, no he leído una biografía en que se vayan contando las inquietudes artísticas del grupo y como van justificando el recorrido de la banda. Eso es lo que me tiene más contento con el resultado final, mostrar cómo las canciones eran la guía del grupo”.

A la manera de un reportero (se tituló de periodismo en la U.de Concepción, pero no ejerció), Durán recurrió a otras personas para recabar datos. “Llamé a varias personas. A Maribel Retamal que era la polola de Francis, por la historia de Entre mis brazos. A la Millaray Viera, la ex de Álvaro López, le pregunté algunas cosas. La Ema Marín, que era nuestra mánager en nuestros inicios, también la llamé. A Larissa, que es mi compañera, tenía muchas cosas más claras que yo y cuando no me acordaba le preguntaba a ella”.

Por cierto, el músico incorporó la visión de sus compañeros. En especial, al momento de abordar los momentos de tensión hacia los días de La velocidad de la luz (2013), el último álbum grabado antes del receso. “Hablé con ellos para referirme a partes más personales que tenían mucho más claro que yo. También cosas que nos sucedieron como grupo y que eran las partes más delicadas del libro, me interesaba que estuvieran sus puntos de vista”.

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Foto: VÍCTOR SALAZAR M./ AGENCIAUNO.

Asimismo, el libro detalla los entuertos y dificultades propias de la industria musical, e incluso la compleja situación con un exmánager que se apropió de dinero de la banda. “La idea desde el principio era contar lo bueno y lo malo de estar en un grupo. Y cómo esas cosas malas se van viviendo en un grupo de amigos. Cuando el camino no es tan dulce, también es bueno compartirlo, tenía que tener sangre en ese sentido -detalla Durán-. El libro, por ejemplo, no menciona hitos del grupo, y cuando aparece, es porque tiene algún sentido con la historia que se está contando, gatillada por una canción. No me interesaba decir que con tal disco nos nominaron a los Grammy porque siento que para la historia de los Bunkers eso no tenía importancia”.

Pese a los tiempos, Durán cuenta que disfrutó la experiencia de escribir el libro. “Lo disfruté mucho porque aprendí un montón escribiéndolo, obviamente por haber trabajado con Alejandro”. También detalla que su experiencia como padre de un hijo adolescente fue un factor para tomar algunas decisiones. “Todo el rato pensaba en un chico que está recién empezando y en qué cosas de nuestra historia valdría la pena contarles que les podría resultar valioso”.

Para el músico, el reencuentro con la historia de Los Bunkers, de cara a sus próximos shows de reunión de 2023, le resultó una sorpresa. “Fue entretenido porque volví a escuchar canciones que no había escuchado desde que las grabamos, entonces quedé sorprendido con varias cosas del trabajo de mis compañeros; las líneas de bajo del Gonza, la elegancia del Mauro, y sobre todo, la fuerza interpretativa del Álvaro -dice-. Pero más allá de eso, fue darme cuenta, y espero haberlo dejado claro en el libro, de que la historia de Los Bunkers es una historia coral, no solo de nosotros cinco, sino que hay muchas personas involucradas; parejas, amigos, familiares, gente de radio, gente de los sellos. Independientemente de que somos los protagonistas, hay mucha gente que ayudó a escribirla y espero que el libro les haga justicia”.

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