Richard Linklater: “La próxima vez que caminemos en la Luna será debido a un esfuerzo mundial, no a uno nacionalista”

Richard Linklater. Foto: David Rice

En Apolo 10 1/2: Una infancia espacial, recién estrenada en Netflix, el director de Antes del amanecer y Boyhood cruza sus recuerdos de niñez en Houston con una recreación de la misión del Apolo 11, brindando una de las cintas más bellas del último tiempo. “Nunca he estado más agradecido de estar haciendo una película que esta vez”, dice en entrevista con Culto. También analiza su debut en el streaming y entrega su particular mirada sobre la bofetada de Will Smith.


Como director, Richard Linklater (1960) tiene una rúbrica inconfundible: la persistencia por tejer relaciones humanas y escrudiñar en ellas con sinceridad, humor y hondura, como comprueban títulos como Dazed and confused (1993), Boyhood (2014) y su trilogía del amor integrada por Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes de la medianoche (2013).

Como espectador, el cineasta oriundo de Houston también tiene definido sus gustos. “Cualquier director que creo que cinematográficamente tiene algo que decir me emociona”, señala en conversación con Culto.

Enumera al menos tres películas que le han gustado durante el último año: Licorice Pizza, de Paul Thomas Anderson; Tick, tick... Boom!, de Lin-Manuel Miranda, y Red rocket, de Sean Baker. En cambio, filmes como la nueva versión de Dune, que rotula como “grandes y exagerados”, entran en otra categoría según su óptica: “Puedo apreciarlas en un nivel, pero pueden deprimirme en otro”.

En manos de un realizador con aspiraciones más rimbombantes, la premisa de su más reciente trabajo como director y guionista se podría haber convertido en una superproducción o en al menos en una cinta de presupuesto considerable.

Foto: Netflix © 2022

Él mismo en un momento barajó rodar el proyecto como probablemente el largometraje de ficción más grandilocuente de su filmografía, pero terminó concretando su historia a través de una película de animación, la tercera de su carrera, luego de las estimulantes Waking life (2001) y A scanner darkly (2006). La primera encarnación del concepto, dice, “no estaba funcionando del todo en mi cabeza”.

Tras al menos 15 años macerando la idea, Linklater optó por deslizarse una vez más a través de ese medio para realizar lo más cercano a una autobiografía. Ambientada en Houston en 1969, y pensada en parte como una reconstrucción de la misión que protagonizó el alunizaje, Apolo 10 1/2: Una infancia espacial (disponible en Netflix) acompaña las experiencias de Stanley, un niño de diez años que vive cerca de la NASA y que termina siendo convocado por la agencia del gobierno estadounidense para viajar a la Luna.

Bajo esa idea, la posibilidad de un filme convencional (live action dirían en la industria anglo) le parecía demasiado literal. “Quería sacar al espectador de la realidad, porque estoy pidiendo creer en esta recreación histórica y toda la especificidad de esa época. Pero también te estoy pidiendo que creas este tipo de historia loca, que la NASA necesitaría un niño para ir a la Luna”, explica sobre una cinta que presenta como “un regalo, nunca he estado más agradecido de estar haciendo una película”.

-¿Hubo otros filmes que lo inspiraron a hacer esta película o tal vez directores que hubieran realizado un ejercicio similar?

Sí. Bueno, siempre me inspiro en las películas personales de cualquiera, pero eso proviene de la historia del cine. Supongo que en cierto modo Fellini está cerca de mí y de este filme, porque él toma algo un poco fantástico y lo mezcla con lo personal. Por lo general, en la mayoría de mis historias no tengo algo tan grandioso como un alunizaje. Esa es una de las mejores cosas que las personas han hecho. Intentar mezclar eso con la vida prosaica fue un reto. Pero estoy inspirado por los diversos géneros en los que me encuentro, la ciencia ficción y todo lo relacionado con Apolo. Se han hecho muchas buenas películas sobre eso. Pero aquí yo estaba buscando algo diferente, mezclándolo desde el punto de vista de un niño.

Foto: Netflix © 2022

-Cada cierto tiempo, Ud. vuelve a la animación. ¿Por qué esta era la historia perfecta para regresar a ese medio?

Sí, ha pasado bastante tiempo desde entonces. Hice dos películas animadas a principios de este siglo. Me siento bendecido; pienso mucho en la animación y es algo que siento que tengo como un medio de expresión narrativo, y que lo entiendo. Así que, una vez fue que la imaginé como una cinta animada, pensé que sería estupendo. Fue divertido volver a sentirme como en casa en la animación. Trabajar con Tommy Pallotta, con quien he colaborado en tres películas, y traer las ideas cinematográficas que tenía cuando esto iba a ser en live action, fue muy divertido.

-¿Estima que esta cinta no sólo es quizás la más personal que ha hecho, sino que también la más esperanzadora?

Quizás. Estaba tratando de capturar la emoción de ese momento, que no era más que esperanza. Cultural y personalmente, fue un momento muy emocionante en ese sentido. Así que tal vez sí. Esta es autobiográfica como otras películas que he hecho, pero es bastante específica.

-¿Cree que hoy una carrera espacial puede despertar el mismo entusiasmo que en los años 60, entendiendo que ahora ya no son sólo agencias como la NASA las que lideran el campo, sino que también participan multimillonarios como Jeff Bezos y Elon Musk?

¿Sabes qué tiene de diferente? En ese entonces se generó en un diálogo de la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Ahora es una colaboración entre empresas privadas y gobiernos de todo el mundo. La próxima vez que la gente camine sobre la Luna tendrá un aspecto y una sensación completamente diferentes. Es un esfuerzo mundial, no es un esfuerzo nacionalista, habrá mujeres, gente de color, encaja perfectamente con nuestro tiempo. El contraste no podría ser más fuerte, así que mi esperanza es que todos en el mundo se entusiasmen con esto, y puedan sentir ese tipo de sentido de progreso, logro tecnológico y asombro que los niños sintieron en ese entonces.

Foto: Netflix © 2022

Linklater precisa: “No me importa que tal vez eso tenga un lugar en el libre mercado. Que la gente quiera invertir dinero y convertirlo en un producto a nivel de consumidor y que puedes comprar algo en otro planeta. Eso no es muy diferente a los primeros vuelos intercontinentales. Tenías que ser muy rico para hacer eso y, a medida que más gente lo realizó, los precios bajaron y se convirtió en algo disponible para todos. Nunca me subí a un avión hasta los 19 o 20 años, porque simplemente no podíamos pagarlo”.

-Este es su primer proyecto junto a Netflix. ¿Cree que las plataformas sólo han contribuido a mejorar la industria del cine o considera que la discusión también tiene grises?

Sí, parece que no fue que hace tres años que esta era “la” discusión, si Netflix era o no cine. El mundo del cine siempre se ha adaptado a los entornos. Innovamos y nos adaptamos a nuestros tiempos. Así que no es gran cosa, estoy feliz. Que hace unas horas mi película esté repentinamente disponible en 220 millones de hogares en todo el mundo, en 30 idiomas, y que podrían elegirla por alguna razón, es genial. Simplemente me gusta. Con las películas todo consiste en convencer al público de que venga a ti, que consigan una niñera y lo que sea que tengan que hacer para que puedan comprar la entrada e ir al cine. Es todo lo contrario cuando te llega. Sólo espero que cuenten con un gran sistema de sonido y una pantalla grande.

-Está bien con no estar en las salas del mundo.

Estamos en ciertos cines en este momento en Estados Unidos y en otros lugares. Pero la realidad para un cineasta independiente como yo es que de todos modos no estamos en las salas. Es muy raro que las películas que he hecho se muestren en los cines de todo el mundo, es sólo ocasionalmente. Hay un puñado de directores que realmente pueden tener una gran película en las salas de todo el mundo durante mucho tiempo. Sabemos quiénes son. Pero ningún cineasta independiente puede tener esa perspectiva, porque esa nunca ha sido la realidad. Yo no me lo puedo permitir, es un lujo que mi experiencia no me ha permitido ni pensar. Entonces, estás feliz. Quieres conectarte con la gente, esperas que les guste tu película. La realidad siempre ha sido que la mayoría no las ha visto en el cine.

Linklater junto a Ethan Hawke en el estreno del filme en SXSW. Foto: Greg Doherty/Getty Images for Netflix

-Ud. ha sido nominado varias veces a los Oscar y ha acudido al evento. ¿Qué piensa sobre lo que ocurrió durante la última ceremonia y la bofetada de Will Smith?

Oh, hombre, ¿sabes de lo que nadie ha hablado? Creo que se están perdiendo lo obvio: para un actor del nivel de Will Smith, que dio tantos discursos, la temporada de premios lo volvió loco. Te vuelve loco. Así que creo que eso es lo que pasó. Nadie lo dirá: la temporada de premios llevó a Will Smith a eso. Llegó al final y simplemente no pudo soportarlo más, no más premios y gente. Tiene sus presiones, es difícil estar ahí.

-No es una experiencia muy agradable.

Sí, es una de esas cosas extrañas que la gente piensa que eres muy privilegiado y afortunado de poder hacer, pero es realmente incómodo y molesto.

-¿Qué película es más probable que veamos primero: una nueva parte de la historia que inició con Antes del amanecer o Merrily we roll along, que dijo que la estrenará en 20 años más?

Buena pregunta (se ríe). Tal vez casi al mismo tiempo. Voy a apuntar a eso. Julie (Delpy) y Ethan (Hawke) tendrán alrededor de 70 años. Yo tendré 80. Tengo un plan ahora. Gracias. Es una buena idea.

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