Seis artistas (no principales) que hay que ver en el próximo Lollapalooza

De Phoebe Bridgers a Jhay Cortez. De Camila Moreno a Inti-Illimani Histórico y Quilapayún homenajeando a Víctor Jara. Aquí, algunas presentaciones que no figuran en la primera línea del afiche pero que aparecen como imperdibles del festival de marzo en Cerrillos.


Phoebe Bridgers

Tal vez, una de las verdaderas “headliners” de este Lollapalooza, por mucho que su nombre no encabece los afiches ni la publicidad del festival. Probablemente, también, una de las cantautoras más interesantes, originales y poderosas que han emergido en Estados Unidos en los últimos años, capaz de juntar lo acústico, el bagaje “folkie” y la voz de efecto lacrimógeno con perspectiva artística, imaginario personal, sintetizadores y electricidad instrumental.

A medio camino entre Taylor Swift y Elliot Smith, Bridgers armó rápidamente su propio camino y se transformó en una de las figuras de la música anglo gracias a dos excelentes discos como solista, himnos universales como Kyoto y Motion sickness e interesantes proyectos colaborativos como Better Oblivion Community Center y Boygenius, en los que ha demostrado, en solo cuatro años, su capacidad para navegar entre la profundidad de la pérdida, el lado oscuro de las relaciones, las ansiedades del mundo moderno y diversas referencias a series de televisión, videojuegos y podcasts. Una cantautora del siglo XXI.

Jhay Cortez

Estrella indiscutida de la llamada “segunda línea” de la parrilla del próximo Lollapalooza, el cantante y productor no sólo aterriza en Santiago como uno de los primeros nombres 100% vinculados a la música urbana de matriz puertorriqueña que pasan por el festival -dando cuenta de la evolución estilística del evento en estos diez años-, sino además como uno de los llamados a romperla en su presentación del viernes 18 de marzo.

Credenciales no le faltan: a sus 28 años, el artista llega cargado con un arsenal de éxitos del reggaetón y el trap latino de los últimos tres años, incluyendo colaboraciones con figuras como J Balvin, Anuel AA y Bad Bunny, como No me conoce, Medusa, Ley seca, 911, Adicto, Dakiti y Fiel. Como dato, esas dos últimas canciones aparecieron recientemente entre las más escuchadas este año por los usuarios chilenos de Spotify entre 16 y 24 años, precisamente el target del festival, pero también entre el segmento de personas entre 25 y 44 años.

La reciente revelación de su romance con la modelo y ex actriz porno Mia Khalifa, a quien conoció durante la grabación de un videoclip -¿vendrán juntos a Santiago?- no hacen más que acrecentar la celebridad y el interés en torno al cantante boricua.

Alessia Cara

Detrás de Doja Cat y Miley Cyrus, Alessia Cara es la otra estrella pop femenina que aterriza desde el circuito anglo al Parque Bicentenario de Cerrillos, llenando un casillero habitual para el evento que en años anteriores han ocupado artistas como Zara Larsson, Camila Cabello o la propia Lorde, cuando recién era una figura en ascenso en la música.

Si bien los años más exitosos de la cantante canadiense, al menos en términos de ránkings, fueron entre 2015 y 2017, cuando protagonizó una imparable racha de hits que comenzó con Here, siguió con Scars to your beautiful y remató con Stay, la solista de 25 años llega con su propia opereta de pop y luto amoroso, el disco In the meantime (2021), donde hace gala de su poderosa voz y de su creciente capacidad tanto en la composición como en la búsqueda de su propia identidad artística, tal vez el punto pendiente en su carrera para marcar la diferencia frente a otras popstars de su talla.

Foto: Reuters

Inti-Illimani Histórico + Quilapayún (homenaje a Víctor Jara)

Stefan Kramer no será el único artista que se pondrá en la piel de otro durante el próximo Lollapalooza. El actor Daniel Alcaíno también dirá presente en el festival para personificar a Víctor Jara, durante la presentación que realizarán el domingo 20 de marzo Quilapayún e Inti-Illimani Histórico, precisamente en homenaje al cantautor asesinado en 1973.

Será uno de los espectáculos nacionales más estelares y poderosos que tendrá el evento. Y aunque en el papel pueda parecer disonante con respecto al resto de la programación, lo cierto es que el tributo que dirige Patricio Pimienta se aleja del exceso de pompa y solemnidad para rendir homenaje al lado más cotidiano y gracioso del autor de Luchín, mezclando teatro, música y anécdotas de Jara atesoradas por décadas por Eduardo Carrasco, Horacio Salinas y otros integrantes del combo.

De ahí el nombre de “justicia” que acompaña al título del espectáculo, que busca reivindicar las dimensiones menos conocidas de Víctor Jara, tal como hicieron sus autores en sendas presentaciones en el teatro Caupolicán y regiones antes que el estallido y la pandemia les impidieran seguir mostrándolo en vivo.

Marina

Marina Diamandis en ocasiones da la impresión de ser una versión de Katy Perry o de Lady Gaga pero sin tomarse tan en serio y carente de los tics del estrellato. A veces uno también se la puede imaginar como uno de aquellos extravagantes competidores que cada año participan en el festival de Eurovisión, pero con una carrera con algo más de alcance y ambición artística. “Las estrellas pop son personas que son parte de la cultura de las celebridades y yo nunca me he sentido parte de eso en absoluto”, ha dicho Diamandis.

Ícono feminista, ídola alternativa y fan de Daniel Johnston y PJ Harvey, la artista nacida en Gales de padre griego no necesita ese gran hit planetario para ser una reina del pop. Lo demuestra su amplia base de fanáticos en todo el mundo y también quedó en claro en su anterior paso por Lollapalooza, en 2016, cuando aún se presentaba bajo el nombre de Marina and the Diamonds. Allí la cantante dio una de las presentaciones más energéticas que alguna estrella pop ofreció alguna vez en el escenario ubicado en el bosque de eucaliptus del Parque O’Higgins, destinado para las figuras en ascenso. Seis años después, en otra locación y con dos nuevos discos para mostrar, Marina viene por su segundo encuentro con el público chileno.

Camila Moreno

Tras lanzar uno de los discos chilenos del año y sumar algunas presentaciones en vivo dentro de las posibilidades que permite el actual momento de la pandemia, Camila Moreno tendrá en Lollapalooza la posibilidad de mostrar en todo su esplendor el trabajo más contundente de su discografía y uno de los ejercicios conceptuales de mayor envergadura que ha emprendido una cantautora nacional de su generación.

En las doce canciones de Rey, Moreno se pasea entre el pop romántico, la distopía futurista y el influjo de Gabriela Mistral para contar la historia de amor entre dos mujeres, una cyborg y una mutante de origen mapuche. Un hilo conductor ficticio que decanta en sus temas más potentes y personales, como la incendiaria Quememos el reino y Déjame, junto a la colombiana Lido Pimienta y la mexicana Ximena Sariñana, en uno de los álbumes que mejor ha condensado el caos, las reivindicaciones y la intensidad de lo que ha sido vivir los últimos 20 meses en Chile.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.