De Charles Manson a Harvey Weinstein: Emma Cline, o cuando el malo no es tan malo

Emma Cline Bertran

La novelista estadounidense acaba de lanzar en el mercado europeo su nueva novela, Harvey, una aproximación a la cabeza del productor cinematográfico encarcelado por abuso sexual, mostrándolo con sus matices antes que simplemente condenarlo. Para ella, que antes escribió inspirada en Manson, la literatura no tiene un rol moral, por lo que no se trata de una mirada de blanco o negro. La novela llegará a Chile a mediados de año.


Para la escritora Emma Cline (California, 1989), la gente mala no siempre es gente mala. Ocurre que para ella, el mundo no se trata de blancos y negros, sino que hay zonas grises que se deben explorar. Y para eso está la literatura.

“Entiendo la voluntad de describir a las personas como héroes o villanos. A todos nos gusta el binarismo, el blanco y el negro. Nuestros cerebros disfrutan con esas categorizaciones. Pero yo no soy legisladora, no estoy a cargo de crear una ley sobre acoso sexual en el trabajo. Lo que soy es novelista y, como tal, debo explorar todos los grises”, explicó la autora en una conversación con el diario El País.

Es por ese motivo es que Cline -reconocida mundialmente por su novela Las chicas (2016)- se niega a reconocer un terreno panfletario en la literatura. “La ficción nunca puede estar sujeta a un escrutinio moral, porque no funciona con las normas con las que operamos como sociedad. Y eso es lo que me parece genial respecto a ella”.

¿Por qué piensa todo esto? Cline se refiere a su más reciente novela, Harvey, que acaba de publicarse en España vía Anagrama, la cual que aborda el #MeToo y las acusaciones de abusos sexuales desde una perspectiva bien particular e incómoda. La mente del villano, el productor Harvey Weinstein.

Eso sí, un ejercicio similar ya hizo con precisamente Las chicas, cuando trazó una narración inspirada en los crímenes de Charles Manson en 1969, pero focalizada en las jóvenes que cayeron bajo su yugo y terminaron desencadenando el sangriento desenlace.

Su reciente novela, de 104 páginas, relata las vivencias del productor cinematográfico -a quien solo cita con su nombre de pila- estando en una casa prestada, en Connecticut, 24 horas antes de escuchar la sentencia de su juicio. La idea le vino leyendo el periódico. “Leí un artículo, creo que en The New York Times, que contaba cómo esperaba Weinstein el veredicto: en casa de un amigo, buscándose a sí mismo en Google y viendo muchas series de Netflix. Me pareció patético y humano”, recuerda la autora de Las chicas en la mencionada entrevista.

En la novela, el protagonista alterna entre una confianza inicial de ser intocable, hasta que se enfrenta a sus miedos y fantasmas. Algo que justamente Cline quiso destacar.

“Escribir sobre una persona por la que no siento empatía o interés no me interesa como reto. Si voy a escribir sobre alguien es porque veo en él a un ser humano con muchas caras distintas, las mismas que tengo yo. Nadie es un monstruo las 24 horas del día, ni siquiera él”, explica.

De todos modos, Cline explicó que tampoco quiso relativizar los hechos que se le imputaban a Weinsten, por los cuales fue sentenciado a 23 años de cárcel, en marzo del 2020. Pero insiste en que lo suyo fue una idea ficcional, y que eso no tiene que ver con la escritura.

“Me parece estupendo que la gente pague por haber causado dolor a los demás. Pero, una vez más, ese no es mi trabajo. En realidad, la ficción no es una buena herramienta para el activismo. Las dos cosas están muy bien, pero mejor por separado. He apoyado al Me Too, pero eso no tiene que ver con mi escritura. La política exige trazar límites y, por ese motivo, no es un espacio en el que yo pueda operar como autora. Si empezamos a plantearnos si un autor —o, peor, un personaje— tiene una moral ejemplar, es el final”.

Incluso, Cline va más allá, y cree: “No creo que la gente sea malvada por defecto, pero todos somos capaces de ejercer el mal. Eso es lo que a muchos les resulta intolerable y lo que engendra esas descripciones caricaturescas de personajes como Weinstein, como si fueran totalmente distintos a nosotros, como si no pertenecieran a nuestra especie”, explica.

Abordar historias con protagonistas hombres maduros con fantasmas, no es algo que Cline quiera dejar. Se espera que durante este año Anagrama publique su nuevo libro de relatos, Daddy, donde aborda justamente a ese grupo de la población. “Me interesa hablar de esa generación de hombres que debe encontrar su lugar en un mundo que ha cambiado y en el que siente que ya no encaja”, afirma Cline. Daddy, aún no tiene fecha de llegada a nuestro país.

Según se confirmó a Culto desde la casa editorial catalana, Harvey sí está contemplada para las novedades en nuestro país para el mes de mayo.

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