Rowling y Rushdie en carta contra intolerancia

Más de 150 intelectuales firmaron misiva que condena la censura impulsada por ciertos grupos progresistas.


Le llaman “cultura de la cancelación”. Es decir, llamar al boicot y censurar ciertas obras y artistas por estar en contra de los valores alcanzados en la sociedad moderna. El más reciente caso fue el de la película Lo que el viento se llevó (1939), que debió ser retirada de la plataforma de HBO Max para regresar con un cartel de advertencia sobre el racismo inherente al filme ganador de ocho premios Oscar.

Es uno de los coletazos tras el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco el 25 de mayo pasado. Las olas de manifestaciones en EEUU. fueron vigorosas tras el crimen de odio racial, aunque se exacerbaron los ánimos al punto de que el editor de Opinión de The New York Times debió renunciar después de publicar una columna destemplada de un político que pedía tropas para contrarrestar protestas.

Este ambiente de reivindicaciones de mayor justicia, igualdad e inclusión social se ha propagado en los ámbitos de la cultura, la educación y las artes. Y ha dado lugar a posiciones radicales, sin lugar para los matices. La escritora JK Rowling lo experimentó en las últimas semanas, cuando algunos de sus dichos fueron acusados de transfobia.

La creadora de Harry Potter es parte de los 150 escritores e intelectuales que firman una carta publicada este martes en la revista Harper’s. Denuncian la intolerancia entre los círculos progresistas y dicen que ha aumentado “un nuevo conjunto de actitudes morales y compromisos políticos que tienden a debilitar nuestras normas de debate abierto y de tolerancia de las diferencias”.

La misiva es firmada, entre otras figuras, por el lingüista Noam Chomsky, el escritor Salman Rushdie, la feminista Gloria Steinem, la escritora Margaret Atwood y el narrador Martin Amis, casi todos ellos ubicados también en un ala liberal de la cultura.

Los autores reconocen el “necesario ajuste de cuentas” que se está produciendo tras las protestas antirracistas, pero advierten sobre la radicalización y la crisis de tolerancia. “La inclusión democrática que queremos se puede lograr solo si hablamos en contra del clima intolerante que se ha establecido en todos los lados”, dice la carta.

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