Bernarda, el después de la obra de García Lorca

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María Jesús González, Catalina González, Valentina Acuña, Josefina Velasco, María José Bello, y Carolina Arredondo forman el elenco de Bernarda. Foto: César Cortés-Prensa UC.

Inspirada en La casa de Bernarda Alba, el director Rodrigo Soto presenta desde hoy en el Teatro UC, una nueva historia situada 15 años después con una madre agonizante y las hermanas en disputa.


En 1936 Federico García Lorca escribió La casa de Bernarda Alba, un drama familiar donde, tras la muerte de su segundo marido, la matriarca de 60 años se impone un luto de ocho años, que también extiende a sus cinco hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela. Ambientada en la España del siglo XX, la historia transcurre en una sociedad tradicional y patriarcal, clásica de la época. La creación del autor español se conoció casi 10 años después, ya que tras su muerte ese mismo año, la obra no fue publicada ni estrenada hasta 1945 en Argentina, cuando se montó en el Teatro Avenida en Buenos Aires.

Al igual que en distintos países, la obra tuvo su propia versión en Chile. En 2011, el cineasta Martín Rodriguez hizo su debut como director teatral con La Casa de Bernarda Alba con un elenco conformado por Gloria Münchmeyer, Anita Reeves y Peggy Cordero, en los roles de Bernarda, Poncia y María Josefa.

Ahora, inspirada en la misma pieza de García Lorca, se estrena en el Teatro UC, Bernarda, dirigida por Rodrigo Soto y escrita por Isidora Stevenson y Luis Barrales. "Hacer esta obra fue una iniciativa mía y querer hablar de lo que está pasando con la mujer hoy día. Este proyecto nace el 2018 y ahí me dieron las ganas de refrescar y darle una vuelta a La casa de Bernarda Alba, entonces convoqué a Luis con Isidora para que de alguna manera intervinieran el texto", comenta Rodrigo Soto sobre la obra que tendrá funciones desde hoy y hasta el 18 de abril.

Con un elenco conformado por María José Bello, María Jesús González, Josefina Velasco, Valentina Acuña, Carolina Arredondo y Catalina González, Bernarda transcurre 15 años después de la muerte de Adela, la hermana rebelde de la familia. Ahora, con una madre agonizante, las hermanas vuelven a reunirse en la casa de Bernarda Alba, quién a través de la criada Poncia, las manda a buscar para hablar con ellas antes de su muerte. De personalidades distintas y fuertes, las hijas de Bernarda Alba son mujeres independientes, con sus rencillas personales y en medio de una disputa por la casa de su madre.

"Ahí empezamos a ver cómo al volver a esta casa para ellas es volver atrás y reencontrarse con ese patriarcado, ese machismo, y cómo se relacionan ellas también después de 15 años. De alguna manera son mujeres dañadas por un patriarcado y yo creo que eso desde algún lugar a todos nos rebota", explica Soto.

La versión escrita por Isidora Stevenson y Luis Barrales cuenta con un cambio fundamental en relación a la obra de García Lorca. Si bien al principio la idea era incluir al personaje de Bernarda Alba, luego los dramatugos propusieron que fuera un personaje físicamente fuera de escena.

"Me pareció una buena idea el que no esté Bernarda presente en el escenario. Pero que sí se esté hablando todo el rato de ella instala un pulso, una tensión y una crudeza constante en las hijas. sobre todo porque está a punto de morir", considera Soto.

Trabajada desde antes que iniciara el estallido social, Bernarda fue escrita en marzo, siguió con lecturas en septiembre y en octubre comenzaron los ensayos en sala. Pasaron por al menos 15 espacios distintos. "Fue un proceso bien duro tener que parar la obra. Eso también influye de alguna manera. La obra fue escrita antes de la crisis, vamos a ver que pasa con el público con eso", añade el director.

Sin querer imponer un mensaje, sino más bien dejar la obra a interpretación del público, Bernarda sigue en línea con la obra original de Federico García Lorca en cuanto a las temáticas que salen al ruedo. "Creo que hacer La casa de Bernarda Alba hoy día me parece super contingente por lo que está pasando específicamente con la mujer. Además, es una buena excusa para hablar de lo que está pasando hoy día con las mujeres en el mundo", añade Soto sobre la vigencia de la obra a pesar del paso de los años.

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