Seis ideas de The battle of Los Angeles, la jugada maestra de Rage Against the Machine

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El tercer disco de Rage Against the Machine fue publicado en noviembre de 1999: un repertorio de doce canciones que, consolidando el mensaje de sus dos placas anteriores, propone cada uno de sus ataques abarcando desde la inmigración o la injusta detención de un activista negro, hasta la avaricia del estadounidense y la desigualdad social.


UNO.

Hacia la noche del 13 de agosto, las calles de Los Ángeles habitualmente transitadas y ahora preocupantemente despobladas parecían anunciar cómo finalmente los marines del comodoro Robert F. Stockton sin demasiada resistencia, tal como hicieran algunos días atrás en San Diego, lograban controlar la zona. Estados Unidos, así, se apoderaba de la Alta California en uno de los tantos episodios de la cruenta guerra que los enfrentaría a México. El 23 de septiembre, sin embargo, el estallido social de los civiles mexicanos descontentos con el gobierno déspota de Archibald H. Gillespie, teniente designado, inclinó la balanza a su favor: unos 200 hombres liderados por el general José María Flores consiguieron expulsar a la guarnición estadounidense y recuperar lo que les pertenecía. 1846: la primera batalla de Los Ángeles.

1942. Estados Unidos había sido invitado no muy amablemente a participar de la Segunda Guerra Mundial luego del ataque a Pearl Harbor cortesía de la Armada Imperial japonesa. Eran los últimos días de febrero y el rumor de un submarino japonés acechando las costas locales activó los mecanismos de defensa. El condado de Los Ángeles de pronto se transformó en el epicentro de una película de terror: apagón total, miles de soldados, fuego antiaéreo y sirenas all night long. Pero Frank Knox, secretario de la Armada estadounidense, confirmó a la mañana siguiente las sospechas que se presentaron ese 24 de febrero: se trataba de una falsa alarma. "Nervios de guerra", se excusaron ante la prensa. Cinco muertos —tres en accidentes de tráfico y dos por ataques al corazón— fue el saldo de la segunda ¿batalla? de Los Ángeles.

Cuatro hombres —Zach De La Rocha, Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk— libraron la tercera y tal vez definitiva batalla de Los Ángeles. Fue en 1999, pero a diferencia de las anteriores no se trató de un determinado enfrentamiento en el contexto guerra. Aquí las armas —si acaso se las pudiera denominar así— no son más que la voz inconfundible de De La Rocha, la paleta de sonidos y pedales tras la viola de Morello, el rap fundido en el metal y un mensaje sin doble lectura: la lucha incansable contra el sistema político estadounidense y su racismo institucional. Un álbum de 45 minutos y pico, el tercero en su haber y el último con composiciones originales, producido por Brendan O'Brien y promovido por Epic Records (Sony).

DOS.

Michael Moore —65 años, cineasta, documentalista y escritor estadounidense, el hombre detrás de Bowling for Columbine (2002), Fahrenheit 9/11 (2004) y Fahrenheit 11/9 (2018), reconocido por su discurso progre y en contra de la globalización, como también de George W. Bush y el sinfín de gobiernos que le precedieron— fue parte importante de The battle of Los Angeles: dirigió los vídeos de "Sleep now in the fire" y "Testify", segundo y tercer sencillo del álbum respectivamente.

Lo más llamativo y controversial de este feat. ocurrió durante la grabación de "Sleep now in the fire". Era el 26 de enero de 2000 y la agrupación liderada por De La Rocha se presentaba nada menos que enfrente de la Bolsa de valores de Wall Street, Nueva York. Moore, que no les sacaba un ojo de encima, tan sólo había logrado permiso para que la escena se efectuara en las escaleras de la entrada al ayuntamiento. Pero la idea, sabemos, era otra. "Pase lo que pase, no dejen de tocar", les avisó a los de Los Angeles, acaso adivinando lo que podría pasar.

La concentración de fanáticos que llegó hasta el lugar —cerca de 200— para ver a la banda tampoco ayudó: la Bolsa de Nueva York debió cerrar sus puertas durante buena porción de la jornada... Y Michael Moore fue detenido por la policía por cerca de una hora e incluso fue amenazado con cargos por alteración del orden público.

TRES.

Esa madrugada del 9 de noviembre de 2016 cuando la victoria de Donald Trump remeció al mundo entero, no fueron pocos los que se acordaron de Rage Against the Machine. De cierto modo, y como hacen ahora Los Simpson en cada uno de esos inagotables memes que parecen adelantarse a todo, la banda de De La Rocha y compañía anunció al reconocido y controvertido empresario como una opción presidencial. Fue el 2000, dieciséis años antes, precisamente en el vídeo de "Sleep now in the fire".

Es sólo una escena, un par de segundos entre toda esa parodia del ¿Quién quiere ser millonario? reconvertido en ¿Quién quiere ser jodidamente rico? y la propia banda. Allí, al minuto 01:04 del clip, un manifestante de pelo corto, chaqueta beige, camisa y corbata, levanta el cartel: "Donald J. Trump for President 2000". El mensaje, en ese momento, no menos claro que revelador: tarde o temprano los Estados Unidos se decantaría por un millonario o una estrella de televisión para gobernar.

CUATRO.

Mumia Abu-Jamal, activista y periodista negro de 65 años, es el protagonista de "Voice of the voiceless", track nueve del disco.

La historia del exmiembro de los Panteras Negras y posterior presidente de la Philadelphia Association of Black Journalists se partió en dos el 9 de diciembre de 1981: esa noche se lo halló herido de bala, con su revólver descargado, a unos cuantos metros del fallecido oficial de policía Daniel Faulkner. Aunque alegó por su inocencia e intentó explicar que no tuvo nada que ver, fue arrestado y condenado un año más tarde a pena de muerte. No importó el apoyo de distintas personalidades, ni tampoco el cuestionamiento a un juicio en el que su jurado estuvo compuesto sólo de blancos.

Los siguientes treinta años, Abu-Jamal peleó por una decisión que consideraba injusta, siempre declarándose inocente y buscando cualquier oportunidad para apelar. Su caso se convirtió, también, en el emblema de los organismos internacionales para acabar con la pena de muerte en los Estados Unidos. Recién el 7 de diciembre de 2011 se conmutó su pena a cadena perpetua sin libertad condicional.

El mensaje de RATM pro Abu-Jamal también se manifestó de otras formas: sin ir más lejos, en 1999, durante el concierto que ofrecieron en The Late Show with David Letterman, Zack De La Rocha lució una camiseta que exigía su liberación.

Hoy, Abu-Jamal sigue en prisión.

CINCO.

"Guerrilla radio", segunda pista del álbum y quizás una de las más valoradas del repertorio de Rage Against the Machine, se transformó en un ícono también por formar parte del videojuego Tony Hawk's Pro Skater 2. Allí sin embargo, y también como pasaría años más tarde en Madden NFL 10, la canción fue editada y cortada. Ganadora del Grammy en la categoría "Mejor Performance de Hard Rock", también es una de las canciones descargables para las series de Rock band.

SEIS.

Siluetas corporales, adornadas de textos provocativos acaso contestatarios, comenzaron esporádicamente a aparecer durante la década de los ochenta en Los Angeles. Eran graffitis politizados con potentes mensajes que buscaban sintonizar y sensibilizar a la comunidad con los principales problemas sociales de la época: VIH, violencia doméstica, racismo, concentración de los medios masivos. Llamaban la atención, también, por ese estilo similar al de Banksy.

La propuesta, ideada por el artista The Street Phantom —o Joey Krebs, que tampoco es su verdadero nombre—, adquirió una mayor relevancia cuando llegó hasta los Rage Against the Machine y se hizo cargo del arte de sus trabajos discográficos, en particular, de The battle of Los Angeles.

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