La brillante generación de autores ingleses

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Ishiguro y sus coterráneos Amis, Barnes y McEwan le dieron esplendor a la novela británica.


En julio de 1999 el editor Jorge Herralde celebró los 30 años del sello Anagrama en Londres. La fiesta, reportó entonces Javier Cercas, "parece la pista central de Wimbledon, sólo que en vez de Sampras y Agassi juegan un montón de escritores ingleses, entre ellos Kazuo Ishiguro, Julian Barnes, Hanif Kureishi, Vikram Seth, Graham Swift". Más tarde llegaría también Martin Amis. Todo ellos, diría Herralde, "son el dream team de la narrativa británica".

El Nobel a Ishiguro viene a reconocer también a una brillante generación de novelistas, que renovó la narrativa del Reino Unido y del mundo literario en los últimos 30 años.

Una generación que nació en la posguerra, creció en la Guerra Fría y comenzó a publicar en los años de Margaret Thatcher. El grupo partió en las páginas culturales del semanario de izquierda The New Statesman, donde Martin Amis asumió como editor literario y convocó a sus amigos Julian Barnes y Christopher Hitchens.

Amis había publicado El libro de Rachel (1973) y Exito (1978); Barnes era el autor de Metrolandia (1980), Ian McEwan acumulaba elogios por Primer amor, últimos ritos (1976), Salman Rushdie deslumbraba con Hijos de la medianoche (1981) y Kazuo Ishiguro debutaba con Pálida luz de las colinas (1982) cuando la revista Granta los seleccionó como los mejores novelistas jóvenes ingleses en 1983.

En los años siguientes el grupo le dio razón a Granta: lograron notoriedad internacional, fueron traducidos a numerosos idiomas, varios de ellos ganaron el Booker Prize y, sobre todo, dejaron libros insoslayables, que le dieron esplendor a la novela británica en la década del 80 y 90, entre ellos Campos de Londres de Amis, El loro de Flaubert de Barnes, Los versos satánicos de Rushdie y Expiación de McEwan. Hoy, con 70 años casi todos, siguen en plena actividad.

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